¿He sido injusto con la gran atleta Thiam? Júzguelo usted
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Llevo días discutiendo conmigo sobre si he sido justo al dedicarle más atención en mis escritos a la heptatlonista británica Jessica Ennis que a la belga Nafissautou Thiam, la más destacada de todos los tiempos en esta especialidad. En realidad, le dedique más espacio a la Ennis, cuando la Thiam ha sido tres veces la más completa de las campeonas olímpicas: Rio de Janeiro 2016, Tokio 2020 y París 2024, entre sus grandes hazañas.
¿Qué me condujo a esto? me pregunté? Digamos que la emoción, el humanismo, la deportividad, la victoria sobre el escepticismo, todo lo que está por encima de estadísticas, tiempos, galardones para hacer más hermosa la cultura física y su fase competitiva de la base a la cima. Expresé acerca del triunfo de Jessica en el certamen efectuado en Inglaterra: Rompamos la cáscara de lo simple o simple seremos. Jessica Ennis-Hill debió enfrentar primero a los descreídos y los dogmáticos. “Con 1.65 de estatura y su poco peso, ¿qué intenta esta muchacha en las pruebas múltiplex?” pensaban, decían, actuaban…
Si se hubieran zambullido en sus miradas para ir a nadar en lo más hondo, de observar más que ver la entrega cotidiana de la joven en los entrenamientos. Ciegos los ojos, ciego el corazón. Así hirieron en sus inicios al boxeador argentino Pascual Pérez, quien llegó a ser el más brillante mosca del mundo de todos los tiempos: medía menos de 5 pies, pero su punch era superior al de todos los de su peso. Tampoco escapó el pesista estadounidense Joe de Pietro: el más pequeño entre los ases (4 pies y 10 pulgadas) de todas las épocas. Se impuso entre los gallos en Londres 1948, y derribó la visión de los incrédulos.
Como en todos lados cuecen manzanas, en Cuba asaron trozos de caña de dicho tipo; hasta sacaron o intentaron dar de baja de las escuelas deportivas a la gordita Ana Fidelia, al gordito Balado y a la flaquita María Caridad Colón. Hay muchos más errores semejantes aun en la base. La superficialidad, el dogmatismo es capaz de lesionar incluso la gloria en los diversos sectores.
Los miopes del caso Jessica que sufran por su pecado. He aquí lo que pudo perder su patria y el orbe: la Ennis, en tres ocasiones as mundial, en 2009, 2011 y 2915, monarca de Europa en 2016, la titular de la magna cita de Londres 2012 y plata en Río de Janeiro cuatro años después. Ha sido recordista nacional en salto de altura y 100 con vallas. En ese sentido, bendita sean Jessica Ennis y todos los vencedores de los señorones y señoronas del dogma en cualquier parte del planeta y en cualquier ámbito.
También la superficialidad ha lacerado, sobre todo en los medios, a la extraordinaria Thiam, de un magnifico físico y una enorme dedicación. No pocos de los aficionados y aun los entendidos le cantan más y con mayor oropel a las velocistas, por ejemplo. Sitúan la emoción por delante de la profundidad del pensamiento. ¿Dónde dejan el análisis, dónde dejan la verdad? Ser la más completa del mundo en tres oportunidades consecutivas en la más trascedente justa, amén de otras contiendas, merece una obra de arte escrita, cantada o para la pantalla. Nafissautou Thiam... Ella misma es un bello poema, uno de los más logrados de todas las épocas en el deporte.
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