George Céspedes prepara estreno con Danza Contemporánea de Cuba
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Aquí no solo se presenta un espectáculo. Aquí también se interpela al espectador. Escena de la pieza en el salón de ensayos. Foto: Del autor.
En los salones de Danza Contemporánea de Cuba se fragua Katharsis Morphé, la más reciente creación del coreógrafo George Céspedes, uno de los nombres imprescindibles de la danza contemporánea cubana.
La obra, que se estrenará en la próxima temporada de la compañía dirigida por Miguel Iglesias, prevista para septiembre, vuelve sobre una de las obsesiones temáticas del creador: la identidad nacional, sus fracturas, sus relecturas, su permanente transformación frente a los desafíos del presente.
Lejos de formular un discurso cerrado, Katharsis Morphé apuesta por la pregunta, por el cuestionamiento profundo. Aunque se percibe un recorrido por bailes y sonoridades propias de la cultura cubana —con una impronta espectacular que puede seducir a cualquier público—, la pieza trasciende la pura cita folclórica o la seducción escénica: hay en ella una mirada crítica, aguda, sobre la complejidad del contexto actual, sobre las tensiones que definen el aquí y el ahora.
Como suele ocurrir en la obra de Céspedes, el espectáculo no es fin en sí mismo, sino vehículo de pensamiento.
Quienes han seguido la trayectoria del coreógrafo en Danza Contemporánea de Cuba identificarán en esta pieza el peso de una poética consolidada. Se manifiesta con claridad en la estructura coreográfica, donde alternan formaciones del cuerpo de baile con agrupaciones más pequeñas, en las que los cánones y los unísonos cobran intensidad pirotécnica.
Pero más allá de la virtuosa arquitectura escénica, hay una decidida búsqueda conceptual.
El proceso de montaje no solo exige una alta preparación física —habitual en la obra de Céspedes—, sino también un involucramiento emocional e intelectual que les permita la los bailarines habitar con autenticidad el universo simbólico de la creación. Hay mucho trabajo todavía por delante.
Katharsis Morphé será el plato fuerte de la próxima temporada de Danza Contemporánea de Cuba. En un tiempo que reclama profundidad y cuestionamiento, la danza emergerá aquí como territorio de catarsis y transformación. Estaremos atentos.
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