Gana el Team Cuba este domingo
especiales
Enemigo de las noticias triunfalistas, sobre todo de aquellas que, con las mejores intenciones, pretenden convencernos a priori de lo que aún no ha sucedido, de los deseos más que las realidades, ahí les va el flamante titular que encabeza estas líneas.
Es apenas un “globito a home”, en medio de la rica resaca por el cuarto lugar del Team Cuba en el Clásico Mundial de Beisbol, y la victoria moral frente al chiquero anticubano de Miami, un ardid para llamar la atención del lector menos entusiasta. Así que, si ya comenzó a leer… ¡Bienvenido al juego!
El próximo domingo 26 de marzo los cubanos volvemos nuevamente al terreno, no al de las cuatro bases, los jonrones y los ponches, sino al de las bases mismas de la continuidad de la Revolución, este proyecto de nación libre, soberana, socialista… ¡distinta!, que durante 64 años de ofensiva, victorias y fracasos hemos construido.
Ir a votar a favor o en contra, unidos o al libre albedrío por esos hombres y mujeres que deberán integrar el próximo Parlamento Cubano, no debería de ninguna manera ser –ni por mil carreras arriba- un mero ejercicio de disciplina partidista o de rutina ciudadana. El contexto obliga a pensar en el deber. Aquí no vale el toque de bola.
La Revolución cubana nunca había estado más asediada como en los tiempos que corren. No es el equipo USA bien plantado en el terrero. Es el mismísimo imperialismo yanqui, el más poderoso de la historia, el enemigo de siempre que hoy da batazos desesperados, para salvarse de la crisis que ellos mismos han provocado. No importa si ponen en peligro la vida del planeta. No importa si la pelota mal bateada vuela una y otra vez y golpea a alguien en las gradas…
Un imperio devenido caricatura peligrosa de las películas de Hollywood, desde las de cowboys hasta las guerras de las galaxias, los tristes avatares, los drones y las “matrixes” de opinión. Un presidente loco atacando con sus tropas fascistas el mismísimo Capitolio de Washington, en total irrespeto a su propio Parlamento; seguido por otro bateador mal designado, senil marioneta de los verdaderos poderes ocultos del complejo militar industrial y el Tea Party. Noveno inning, están perdiendo el juego, las bases llenas y el champion bate en 3 bolas sin strike…
Sentados eternamente en el banco, están en fila del odio la vieja y la nueva gusanera mal queridas en aquel aquelarre del Norte, donde rumian a pura bilis su animadversión; ex veteranos de tantas derrotas y reciclados nuevos aprendices de carne de cañón; “valientes” luchadores del cartelito, la gritería, de la histeria, y la agresión a mujeres y niños, payasos ante las cámaras del estadio, que ponen en ridículo y arrastran con ellos como bola muerta, ante el mundo, los mejores atributos del genuino pueblo cubano.
Y también, en ridícula minoría, chillan de puro rencor por algunos céntricos confines del mundo, algunos otros fracasados, víctimas de su propia decisión, porque a falta de talento, suerte o dedicación, convirtieron en pesadilla sus sueños de prosperidad. O… porque sufrieron en carne propia la discriminación capitalista, por negros, por latinos, por pobres, y precisamente por emigrados e intrusos en el mundo de los arios y ricos. Son los tristes ponchados en cada inning.
Unos y otros, completamente alejados de la realidad cubana, envenenados y adoctrinados por la propaganda de los grandes poderes mediáticos, no les queda otra que seguir al calco las pautas de la política imperial. De forma que poco o nada aportan, ni si quiera a un pensamiento lógico, que no sea su propio regreso, por una supuesta puerta ancha, nada más y nada menos que a la Cuba de 1958, donde ya no habrá mafia, ni discriminación racial, ni golpes de estado, ni dictaduras asesinas, ni gobernantes ladrones. Son out por regla, una y otra vez.
Andan por ahí también los Obamistas internos y externos, los paladines del golpe blando, los que aconsejan paz, amor y libertad y jamás condenan ni parecen querer ver la contienda real de la cual son víctimas y cómplices a la vez. Ojalá los de aquí quieran ir el domingo a las urnas, y sepan votar por lo que mejor conviene a la Patria. Estos son los que de tanto esperar la bola buena nunca llegan a primera.
Durísima la jugada, en tres y dos en este terreno de las ideas, y las dificultades de todo tipo, cuando el país apenas comienza a levantarse, y se levanta, después del pelotazo recibido por la pandemia y por el acoso económico de un pitcher “way” que tira a la altura de la cabeza a más de 100 millas por hora. Y en el banco no queda relevo.
Así que este 26 de marzo nuevamente se rompe el corojo. A lo Baraguá, como Maceo, como el #TeamAsere hay que salir a batear a cómo sea, a defender la libertad con independencia. A defender la obra del equipo de Fidel y de Raúl, de Almeida, del Che, la de Díaz-Canel y de tantos otros buenos toleteros; la de nuestros internacionalistas, la de los obreros y campesinos que lo han dado todo por ganar esta lid, a y seguir batidos hasta la misma final del campeonato.
El team Cuba ya ganó hace rato.
Añadir nuevo comentario