Fuerza de juventud en una antorcha martiana
especiales
Foto: Estudios Revolución
Primero la chispa y luego una llama. Y esa fue dos, diez, cien, miles de antorchas que fueron prendiéndose en pocos segundos, hasta alumbrar, con una luz martiana sobre una multitud de rostros jóvenes, la noche en la escalinata de la Universidad de La Habana.
No dejar morir al Apóstol justo el día de sus cien años fue el deber de aquellos jóvenes que, en 1953, entre ellos Fidel Castro, alumbraron la noche con la primera Marcha de las Antorchas.
Setenta años después, mantener vivo el legado de Martí es la misión de las nuevas generaciones de cubanos que volvieron a protagonizar, como cada año, la patriótica avenida humana, desde la base del Alma Mater hasta la Fragua Martiana.
«Llevamos en nosotros la savia del Apóstol y de otros hombres y mujeres de Revolución que han enriquecido esta obra de unidad y creación, esta obra de pueblo, la misma obra que venimos a defender hoy aquí, y que defenderemos siempre».
Así lo afirmó Julio Emilio Morejón Pérez, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, al intervenir en el inicio del simbólico acto, que presidieron el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana; el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y los miembros del Buró Político, Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea del Poder Popular, y Manuel Marrero Cruz, primer ministro.
Morejón Pérez aseveró que no es casual que sigan siendo los jóvenes, los universitarios, los que hoy se alcen como símbolo de la fuerza martiana y fidelista, que arropa el proyecto de nación, y porten con orgullo la ética, la claridad y la capacidad para seguir revolucionando dentro de la Revolución.
Con el lema Su antorcha, mi fuerza, los jóvenes estuvieron acompañados en la marcha, además, por el secretario de Organización del Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda, y por Bruno Rodríguez Parrilla, canciller cubano –ambos integrantes del Buró Político–; por el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, vice primer ministro; por el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura, y por otros dirigentes del Partido, del Estado y de las organizaciones juveniles, estudiantiles y de masas.
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