El Festival de Cine de Venecia exhibe en competición el filme canadiense La Orden y el brasileño Todavía estoy aquí, sobre acciones extremistas de derecha que representan un latente peligro para la humanidad, destacan hoy en Italia medios noticiosos.

Un comentario del crítico Riccardo Brunello, en la publicación Moviemag, refiere que La Orden, aborda el enfrentamiento a las acciones, en el estado norteamericano de Idaho, de un grupo supremacista blanco para financiar un golpe de Estado, algo que recuerda el asalto en enero de 2021 al Capitolio por seguidores del expresidente Donald Trump.

Se trata de “una advertencia para los años venideros”, indica Brunello en relación con la trama de esta película, dirigida por el autraliano Justin Kurzel y protagonizada por el británico Jude Law, en el papel de un policía federal que en el apartado poblado de Coeur d’Alene condujo la investigación de esos hechos ocurridos entre 1983 y 1984.

Basada en el libro La hermandad silenciosa, de Kevin Flynn y Gary Gerhardt, esta cinta tiene como objetivo principal desenmascarar la violencia colectiva y el peligro de una ideología que “puede convertirse en una práctica brutal”, toda vez que las corrientes de extrema derecha representan una amenaza a nivel mundial.

Por su parte, en una nota publicada en el diario La Stampa, el experto de cine Francesco Boille, califica de “espléndido” el largometraje Todavía estoy aquí, del brasileño Walter Salles, que refleja los años de la dictadura militar que entre 1964 y 1985 gobernó en esa nación sudamericana.

El crítico señala que “Salles sabe hacernos olvidar que es una película de vestigios, dándole la fuerza del presente” y destaca que este sensible fresco de la memoria, fue concebido por el realizador durante la era del intento de golpe de Estado urdido entre los años 2022 y 2023 por el ultraderechista Jair Bolsonaro, expresidente de ese país,.

Estas obras, que se incluyen entre las 21 que compiten por el León de Oro en la 81 edición del Festival Internacional de Venecia, que inició el 28 de agosto y cerrará sus puertas el 7 de septiembre en esa norteña ciudad de la septentrional región del Véneto, lanzan “también una advertencia para Europa, para nosotros, los italianos”, alerta Boille.