Ernesto Lecuona, un compositor cubano

La página de Wikipedia dedicada a Ernesto Lecuona dice que es un intérprete y compositor español, asumiendo que Cuba era todavía colonia española el 6 de agosto de 1895, cuando nació este músico excepcional. Ciertamente, Lecuona estaba muy ligado a España, y muchas de sus composiciones recrean paisajes, sonoridades e historias de la península. En las islas Canarias murió, en noviembre de 1963. Pero no hay dudas, y su inmensa obra es prueba fehaciente: Lecuona es un músico cubano, cubanísimo, emblema de la cultura nacional.

Nació en Guanabacoa y muy temprano demostró sus dotes: siendo un niño muy pequeño ya ofrecía recitales al piano. Se graduó en el Conservatorio de La Habana y posteriormente estudió en el extranjero con grandes figuras de la música universal. Fue alumno, por ejemplo, de Maurice Ravel. Pronto iría consolidando su prestigio como pianista y compositor. La crítica le dio su beneplácito desde el principio. Y el público lo distinguió siempre.

Pocos compositores cubanos del siglo XX han sido tan interpretados por cantantes, instrumentistas y orquestas de todo el mundo. Pocos compositores legaron a la banda sonora de la nación tantos temas esenciales. Él representó una de las cumbres del movimiento de la zarzuela cubana, fue creador de canciones antológicas, de música para cine... pero quizás su aporte mayor haya sido su obra para piano, integrada por piezas paradigmáticas para el instrumento en todo el continente. Lecuona es un compositor absolutamente contemporáneo. Solo hay que revisar los repertorios de solistas y agrupaciones sinfónicas de todo el mundo.

La música de Lecuona es Cuba, se escuche donde se escuche. No hay necesidad de reivindicar la nacionalidad de este músico: su obra la sostiene. Millones de cubanos, en el archipiélago y en cualquier otro lugar del mundo, no pueden desligarla del devenir de la Patria.