Enorme talento y voz rotunda

Enorme talento y voz rotunda
Fecha de publicación: 
31 Marzo 2022
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 Junto a Jorge Perugorría en Una rosa de Francia. Foto: El País

De cierta manera propone este jueves 31 de marzo una tanda fílmica integrada por dos títulos que cerraron, en 2005, la obra del cineasta Humberto Solás: el corto de ficción Adela, editado a partir de un personaje de su largometraje coral Barrio Cuba que decidió cortar en la edición definitiva; y el propio largometraje, que proporcionó a la actriz Broselianda Hernández, con apenas una escena, un momento de brillantez en su trayectoria por nuestro séptimo arte.

Además, en la sección “Primer plano” se recordará aquel fatídico 18 de noviembre de 2020, día que marcó la sensible pérdida de Broselianda, una de las actrices cubanas más capaces a la hora de transitar de un medio a otro.

Nacida en La Habana el 3 de agosto de 1964, sobresale desde sus estudios en la Escuela Nacional de Artes, y en 1987 egresa de Actuación en el Instituto Superior de Arte con título de oro. Protagoniza, entre varias telenovelas que contaron con ella en el reparto: Cuando el agua regresa a la tierra, por la cual recibe el premio Caricato a la mejor actriz de televisión en el concurso anual de la Asociación de Artistas Escénicos de la UNEAC. También es muy recordada por su desempeño en la versión para la pequeña pantalla de la novela de Miguel de Carrión: Las honradas. Y es que Broselianda Hernández transmitió a cada uno de sus personajes un torrente de fuerza expresiva.

En 1986 la cineasta Rebeca Chávez la descubre para el cine en su documental Castillos en el aire, con guion de Senel Paz. Allí, la convierte en una joven que ofrece diferentes puntos de vista frente a su matrimonio y posterior divorcio.

Víctor Casaus, por su parte, la selecciona en 1989 para su película Bajo presión, inspirada en la obra Accidente, del dramaturgo Roberto Orihuela. Ella personificó a la hija del obrero ejemplar que, como consecuencia de un accidente laboral, atraviesa un conflicto existencial en el que se cuestiona, entre otros aspectos, el descuido de su vida familiar.

Luego, se consagra por completo al teatro, primero en el grupo Buscón, luego como actriz invitada en el Buendía y, sobre todo, en el colectivo El Público, a las órdenes de Carlos Díaz, quien la dirige en Morir de noche, puesta en escena que le proporciona otro premio Caricato.

Pero Broselianda retorna a la gran pantalla, en 1997, con el importante realizador español Manuel Gutiérrez Aragón en su filme Cosas que dejé en La Habana, con guion de Senel Paz también.

Dos años después, en 1999, Pastor Vega la invitó a aparecer de forma fugaz en su cinta Las profecías de Amanda, como una de las clientes que acude, en su desesperación, a una famosa cartomántica con el fin de conocer qué le tiene deparado el futuro en su vida plena de conflictos.

Igualmente, el desaparecido cineasta Ismael Perdomo recurre a Broselianda en 2004 para otorgarle un importante papel, al que ella se entrega por completo, tal y como acostumbraba, en su largometraje de ficción Mata, que Dios perdona.

Satisfecho con su actuación, Manuel Gutiérrez Aragón vuelve a reclamar su presencia en una nueva película, rodada esta vez en locaciones de La Habana en 2005 a partir de otro guion escrito con la colaboración de Senel: Una rosa de Francia.

Humberto Solás, quien durante mucho tiempo deseaba trabajar con una actriz de tal temperamento, finalmente concibe un personaje a su medida en la película coral Barrio Cuba, que realiza en ese mismo año.

Otra oportunidad de lucimiento le posibilitó a la actriz el realizador Enrique Pineda Barnet al incluirla en el elenco de La anunciación, que rueda en el 2009. En la misma esta gran actriz confirió toda su sensibilidad al rol de la hija de una anciana espiritista que, tras enviudar, convoca a su familia para leerle el falso testamento moral de su difunto esposo.

Sin embargo, no menos impactante es su interpretación de Doña Leonor Pérez en José Martí, el ojo del canario, dirigida por Fernando Pérez un año después. De hecho, su  desempeño le valió el premio Caricato de actuación femenina en cine, en el Concurso Nacional de Actuación en Cine “Sergio Corrieri”, convocado por la Asociación de Artistas Escénicos de la UNEAC, que compartió con Isabel Santos por Casa vieja.

Jorge Perugorría, su compañero de reparto en Cosas que dejé en La Habana y Una rosa de Francia, le propuso a Broselianda en 2014 un pequeño papel en su largometraje de ficción Fátima o El Parque de la Fraternidad. En esta adaptación del relato homónimo de Miguel Barnet ella otorgó credibilidad, en el escaso tiempo concedido por la dramaturgia, a la madre de un joven homosexual del interior de la Isla que emigra a la capital y deviene “La Reina de la Noche”.

Por otra parte, De cierta manera se acercará a un clásico de nuestra literatura testimonial, Biografía de un cimarrón, original de Miguel Barnet publicado 55 años atrás y una obra a la cual el lente se acercó a través del documental Cimarrón, realizado por Sergio Giral en 1967.

Cimarrón fue el séptimo título en la filmografía de Giral y el primero en el que abordó el tema de la esclavitud, basado en su propio guion. Tomó como punto de partida la novela testimonial escrita por Barnet para lo cual también logró entrevistar al centenario Esteban Montejo, un antiguo esclavo.

“Yo pensé que todas las personas debían de ser libres y por eso me fui para la manigua. Libre o muerto, una de las dos cosas”, expresó el protagonista en esa entrevista filmada.

En su “Banda sonora” De cierta manera visitará a Constante Diego, quien aportó en 1980 otro título significativo: Un documental dedicado a Félix Chapotín y Miguelito Cuní. El mismo constituye el registro en celuloide de un homenaje nacional, ofrecido en Guantánamo, a los veteranos exponentes de la música popular cubana.

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