Enfrentamiento entre pandillas deja 41 mujeres muertas en una cárcel de Honduras

La Fiscalía está investigando quién está detrás del ataque. Según declaró Delma Ordoñez, representante de los familiares de los reclusos, las víctimas pertenecían a la banda Mara Salvatrucha, lo que parece indicar que el ataque fue perpetrado por reclusos de la banda rival Barrio 18.

Según sus declaraciones a la prensa local, “integrantes de la banda ingresaron en la celda de sus rivales y prendieron fuego”. Los enfrentamientos se produjeron en una parte de esta cárcel situada en el valle de Tamara, a 25 kilómetros de la capital, en la que hay 900 mujeres presas. “El lugar quedó completamente calcinado”. En la reyerta también se usaron fusiles AR-15.

Aún no se ha comunicado la identidad de todas las víctimas, pero la prensa local afirma que entre las mujeres muertas se encuentra Martha Mariela Contreras, más conocida como la “Tacoma” y supuesta jefa de la Pandilla 18 en el sector Planeta. Había sido detenida por extorsión a transportistas y microempresas de la región de San Pedro Sula.

También se encuentra entre las fallecidas, Irma Josefa Quintanilla Henríquez, alias “La Guata”, integrante activa de la Mara Salvatrucha, también en prisión por extorsión y venta de droga.

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro dijo estar "consternada por el monstruoso asesinato ... planificado por las maras", las bandas criminales que aterrorizan al país, y exigió "responsabilidades" al ministro del Interior en particular, prometiendo "medidas drásticas", al mismo tiempo que destituía al ministro de Seguridad en plena noche.

La Sra. Castro "ha decidido nombrar Ministro de Seguridad al General Gustavo Sánchez, hasta ahora Director de la Policía Nacional", según un comunicado de prensa. Sánchez sustituye a Ramón Sabillón.

Honduras está asolada por la corrupción y el terror de las "maras", que, como en las vecinas Guatemala y El Salvador, se dedican al chantaje, el narcotráfico y el asesinato por encargo.

Según las autoridades, a pesar de las medidas adoptadas para controlar las 26 cárceles del país, donde están recluidas unas 20.000 personas, los líderes de las bandas encarcelados siguen ordenando crímenes y delitos desde sus celdas.

El crimen organizado es responsable de una tasa de homicidios especialmente elevada, que el año pasado se situó en 40 asesinatos por cada 100.000 habitantes, cuatro veces la media mundial fuera de las zonas de conflicto.