EN GALERÍAS: Sorolla, a toda luz (+ Obras)
especiales
Elena entre rosas, de 1907.
El Museo Nacional de Bellas Artes atesora una de las más importantes colecciones de piezas del gran Joaquín Sorolla a nivel internacional. Pocas instituciones en América, e incluso en Europa, cuentan con tan significativo acervo de un artista que transitó con donaire y general estimación el no siempre fácil camino del arte entre los siglos XIX y XX, época de cambio de referentes.
Sorolla mantuvo su cátedra, su influencia, su capacidad para asombrar. Y convenció a tirios y troyanos. Sigue convenciendo, incluso a los amantes de expresiones mucho más transgresoras. Es que pocos recrearon como Sorolla el misterio de la luz.
Ese arte puede ser apreciado en la exposición Joaquín Sorolla Bastida (1863-1923): Las obras del Museo de La Habana en el centenario de su muerte, que con curaduría de Manuel Crespo Larrazábal, se exhibe en la sala temporal del tercer nivel del Edificio de Arte Cubano. Se trata de una treintena de piezas, entre los grandes clásicos que el público puede apreciar habitualmente en la sala de arte español del museo y obras que se conservan en los almacenes de la institución.
La muestra permite apreciar varias etapas de trabajo de este valenciano universal, desde pinturas tempranas hasta el hito que significó su recreación magistral de la luz en las costas del Mediterraneo, en un estilo personalísimo.
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