El cine cubano está de moda

La frase de mi hija cobró sentido ante una veintena de adolescentes que hacían cola en el capitalino cine Yara para ver Los pájaros tirándole a la escopeta, un filme cubano de 1985, año en que sus padres éramos unos niños pequeños. 

Sin embargo, en el céntrico portal de L y 23 estaban, emocionados por ver en la pantalla grande a Rosita Fornés y escuchar el tema de Van Van que, según el más extrovertido de todos, “son los verdaderos tanques”.  

Esta escena, probablemente se repitió varias veces durante julio y agosto gracias al Festival de Cine de Verano, organizado por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfico (ICAIC) una excelente iniciativa para celebrar los 65 años de esa institución cultural y entre las mejores propuestas que nos regaló este verano retador.

Ya me había llenado de emoción la expectativa de mi hija y sus compañeros con la exhibición de Habana Blues, luego las fotos y reseñas en las redes sociales de otros padres y madres igualmente encantados con la asistencia de jóvenes a su proyección, me confirmó que sí, las juventudes siguen “sentipensando” a pesar de los tiempos que corren.

Más de trescientos mil asistentes registró el Festival de Cine de Verano. Según datos publicados por el propio Presidente del ICAIC, Alexis Triana, unos días antes de que cerrara agosto se habían proyectado aproximadamente 8 mil 400 tandas en más de 200 salas.

Ya era bastante loable la oportunidad de disfrutar desde clásicos de nuestra cinematografía, como Retrato de Teresa hasta estrenos como Farándula, pero este verano el cine fue por más, llegó a las comunidades, a los barrios, improvisó pantallas y se entregó a los ojos atentos de gente agradecida, como estos niños en El Ranchito, Pinar del Río.

Lo positivo, afortunadamente, se contagia, inspira y se multiplica, así que no faltaron proyectos comunitarios como La Lucecita, el que lidera el destacado músico y promotor cultural Arnaldo Rodríguez, donde cada semana se incluyó entre las propuestas veraniegas el espacio “Cine en tu barrio”.

Fuimos al cine este verano, para disfrutar otra vez de Fresa y Chocolate y también para compartir a toda pantalla la victoria de Mijaín López en Paris 2024. Fuimos o el cine vino a nosotros, en la era de Netflix el bolero sigue siendo cierto: “lo bueno no pasa”.