EL BALLET NACIONAL EN SUS 75: Los clásicos cubanos

EL BALLET NACIONAL EN SUS 75: Los clásicos cubanos
Fecha de publicación: 
6 Octubre 2023
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Rara avis, por el Ballet Nacional de Cuba. Foto: Cortesía de la agrupación.

Para muchos, el Ballet Nacional de Cuba (BNC) es uno de los baluartes de los grandes clásicos decimonónicos de la danza. Y ciertamente, los títulos más célebres de la tradición han encontrado feliz concreción escénica en el repertorio activo de la compañía que fundaron Alicia, Alberto y Fernando Alonso.

De hecho, Alicia Alonso, además de ser una de las más grandes bailarinas del pasado siglo, pasó a la historia como una repositora de referencia. Sus versiones de las obras más emblemáticas del acervo universal subieron a los más encumbrados escenarios del mundo, especialmente Giselle, la gran joya del ballet romántico.

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Pero además de esa labor de rescate y actualización, el BNC alumbró un singular movimiento coreográfico, que abrió las puertas del ballet académico a una variopinta herencia cultural. Y ese legado también influyó en la técnica y el estilo, hasta el punto de que hoy se puede hablar de un ballet auténticamente cubano.

Son nuestros clásicos, los que han bebido de muchas fuentes y han cristalizado en un cuerpo lírico singularísimo: desde África hasta España, pasando por la gran mitología grecolatina, y desembarcando en ámbitos de ingeniosa fabulación. Es la obra de los grandes coreógrafos del siglo XX en el ballet de Cuba, quienes hicieron aportes extraordinarios al patrimonio de la danza cubana toda.

La gran celebración del BNC por su aniversario 75 comienza este fin de semana con un programa en el Teatro Nacional de Cuba consagrado a títulos imprescindibles de un repertorio histórico que incluye cientos de creaciones. Pero entre tantas, las que subirán a escena han trascendido por sus valores. Y porque cimentaron una escuela.

Rara avis, de Alberto Méndez, estrenada en 1978, retoma el mito una y otra vez recreado de la mujer ave, en un estilizado diálogo entre las pautas modernas del ballet y partituras de la más clásica estirpe.

De Iván Tenorio se escenificarán dos piezas: el pas de deux Leda y el cisne, también de 1978, y Rítmicas, de 1973. La primera está inspirada en el mito griego de la metamorfosis de Zeus para seducir a una mortal. Rítmicas, con música del inmenso Amadeo Roldán, es un pujante contrapunto entre la técnica académica y elementos de los bailes populares. Y allí está África.

Gustavo Herrera estrenó en 1984 un hermoso y sugerente ballet, que desde entonces no ha dejado de integrar el repertorio activo: Dionaea, fantasía coreográfica a partir de una planta carnívora que devora insectos. Y para ubicar al espectador, además de los exuberantes diseños, la música del brasileño Heitor Villa-Lobos, que remite a la espesura de las selvas. De Herrera también se presentará Alfonsina, inspirado en la vida y la obra de la poetisa argentina Alfonsina Storni.

Y para complacer a los amantes del ballet más virtuoso, dos pirotécnicas creaciones: Majísimo (1965), de Jorge García, un divertimiento que honra la tradición de las danzas hispánicas; y el demandante pas de deux de La Cenicienta (1996), de Pedro Consuegra, que incluye los 32 fouettes de rigor, catarsis colectiva de muchos balletómanos.

Este es el primero de tres programas que recorrerán hitos del Ballet Nacional de Cuba. Y es, en definitiva, un homenaje a artistas esenciales de la compañía. Las funciones serán el viernes y el sábado, a las 8:30 p.m., y el domingo, a las 5:00 p.m. Las entradas están a la venta en la taquilla del teatro, que abre de martes a sábado a la 1:00 p.m. y el domingo a las 10:00 a.m.

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