EDITORIAL: Tienen la palabra

EDITORIAL: Tienen la palabra
Fecha de publicación: 
30 Junio 2021
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Imagen de la campaña por el aniversario 60 de Palabras a los Intelectuales.

Los adversarios consuetudinarios de la Revolución Cubana, los que no le reconocen a este proceso ni una virtud, han querido "conmemorar" el aniversario 60 de las célebres Palabras a los Intelectuales de Fidel con los argumentos de siempre, los lugares comunes de un análisis superficial e interesado. Sacan fragmentos de contexto y las presentan como confirmación de sus teorías. Es la suerte que ha corrido la más citada frase del discurso: "(...) dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada". 

Donde hay un llamamiento a la unidad, un reconocimiento a la capacidad integradora de un proceso político que se asume también como proceso cultural, ciertos "expertos" ven la sombra de la exclusión y la censura. Buena parte de los que se suman a esa comparsa ni siquiera han leído el discurso. Y otros lo han leído, pero ignoran (con toda intención) las implicaciones de una época.

Lo cierto es que las ideas de esa intervención fundacional constituyen una hoja de ruta para la consolidación de lo que sería la política cultural de la Revolución. Ahí están las esencias de esa política. Y mantienen absoluta vigencia.

Ningún gobierno hasta el gobierno revolucionario le había otorgado a la cultura un rol sustantivo en el entramado de la sociedad. Ninguno había creado una plataforma eficaz para el sostenimiento de la actividad artística y literaria. Ningún gobernante, antes de Fidel, se había reunido con los más importantes creadores para escuchar sus dudas, problemas y sugerencias... ni los había invitado a participar en el empeño nacional de democratización de la cultura. 

La Revolución puso en las manos del pueblo el arte y la literatura que del pueblo se nutrían. Por eso se dice que la Revolución misma es un acto cultural.

Ignorar los altibajos en la aplicación de la política cultural sería ingenuo. Nadie puede negar los efectos del llamado quinquenio gris, que el intelectual Abel Prieto ha considerado como una traición al espíritu de las Palabras. Pero la Revolución rectificó, en un ejercicio dialéctico que hubiera sido imposible sin voluntad política y sin el compromiso y la participación activa de los mejores artistas y escritores de la nación.

Eso no lo reconocerán los que satanizan el discurso de Fidel. No reconocen que esa intervención no fue el monólogo impositivo que quieren presentar. Fue fruto de un diálogo fecundo. Y por eso sigue siendo guía.

La Revolución sigue necesitando de los creadores. La Revolución sigue apostando por el debate serio de sus propios desafíos. 

En el acto conmemorativo por el aniversario 60 de las Palabras, este lunes, el primer secretario del PCC y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, pronunció un emotivo discurso justo en el mismo lugar donde lo pronunciara el suyo hace sesenta años Fidel. Y como aquel, fue un llamado a los artistas.

Estas fueron algunas de las interrogantes que planteó: 

"¿Hasta qué punto somos conscientes del impacto de esos cambios en una sociedad singular como la cubana, empeñada en conquistar, junto con la mayor cuota de justicia posible, la emancipación definitiva de sus ciudadanos?

"¿Cuál sería el papel del arte y de los artistas para seguir siendo revolucionarios en un contexto universal que parece moverse siempre en sentido contrario?

"¿Qué hace, qué busca, qué crea, qué deja como legado un artista revolucionario en la veloz era digital y las procelosas, turbias, confusas tendencias que imponen, con sus algoritmos engañosos, las neurotizantes redes (...)?

"¿Cómo sostenemos la Cultura y su vasto esquema de instituciones, estructuras, producciones, en las condiciones actuales?

"¿Cómo perfeccionamos las vías y métodos para que pueda apreciarse el arte desde las escuelas y las familias?

"¿Qué entendemos hoy por unidad, continuidad, sostenibilidad, prosperidad? ¿Qué por libertad, soberanía, antimperialismo, anticolonialismo, emancipación? ¿Cuánto puede aportar la intelectualidad artística y literaria al propósito impostergable de dar contenido y belleza, sustancia y atractivo a todos esos conceptos, libres del lastre panfletario?

"¿De qué modos nuevos contamos lo cotidiano: el sacrificio, la resistencia, la creatividad?

"¿Cómo enfrentamos la guerra cultural de símbolos y esencias que precede, como los bombardeos de ablandamiento, a las invasiones reales?"

Son preguntas esenciales. Los artistas, los escritores, los intelectuales tienen la palabra.

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