Día Mundial contra la Hepatitis Vírica: prevención, detección y control
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Cada 28 de julio se celebra, desde el 2008, el Día Mundial contra la Hepatitis Vírica. Se trata de una fecha proclamada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de impulsar iniciativas y estrategias sanitarias a nivel mundial contra este padecimiento.
El día de la conmemoración coincide con el aniversario del fisiólogo Baruch Samuel Blumberg. Este científico estadounidense descubrió el virus de la hepatitis B en 1965 y fue laureado con el premio Nobel en Medicina en 1976.
Al hablar de hepatitis en sentido general, se hace alusión a una afección en el hígado. El origen puede ser toxinas, bacterias, virus, otros parásitos o incluso autoinmune. Cuando el agente causal es un virus, entonces se trata de hepatitis vírica. A su vez, la hepatitis vírica puede subclasificarse, por ejemplo, en A, B, C, D y E. Mientras más alejado de la A, mayor es el riesgo que acarrea la infección.
En la contemporaneidad, la hepatitis vírica ha sido reconocida como una de las principales causas de enfermedad aguda y crónica en todo el planeta. Según datos divulgados por el sitio especializado diainternacionalde.com, para el año 2015 se estimaban aproximadamente 250 millones de casos de hepatitis B, con África Subsahariana, Asia y las islas del Pacífico como las regiones donde más ha proliferado este tipo específico.
También es una de las principales causas de fallecimiento. De acuerdo con la OMS, “en 2019 se produjeron en el mundo 78 000 muertes por complicaciones de infecciones agudas por los virus de las hepatitis”.
En tal sentido, la OMS subrayó en 2022 “la necesidad de acercar la atención a las hepatitis a los centros de atención primaria y a las comunidades”. Entre las prioridades del organismo multilateral encargado de los asuntos sanitarios está la eliminación de las hepatitis B, C y D, pues estas tres variantes causan padecimientos crónicos.
Al abordar el tema de la hepatitis vírica, es importante concientizar sobre las vías de contagio. Una de las más comunes es la sanguínea; por ejemplo mediante un objeto contaminado con sangre infectada, como agujas de jeringuillas. Por otro lado, las relaciones sexuales sin protección también constituyen un factor de riesgo.
Si bien en cada país el enfrentamiento a la hepatitis vírica está condicionado por las peculiaridades de los sistemas de salud, esta fecha internacional debe contribuir, al menos en principio, al fortalecimiento de la prevención, la detección y el control de esta enfermedad.
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