Detienen a 10 exmilitares argentinos acusados por la muerte de Victoria Walsh

Efectivos de la Policía Federal Argentina detuvieron este martes a diez exmilitares acusados por la muerte de Victoria Walsh, hija del célebre escritor y periodista Rodolfo Walsh, ocurrida en septiembre de 1976, durante la última dictadura cívico militar, informó el periódico local Página/12.

En ese mismo hecho fallecieron además otros cuatro militantes de la organización guerrillera peronista Montoneros, que integraba la joven Walsh, entonces de 26 años.   

El operativo que permitió la captura de los militares retirados fue encabezado por la sección Fugitivos de Interpol después de un mes de investigación, señalaron fuentes judiciales al medio argentino.

Se trata de Héctor Eduardo Godoy, Gustavo Gilberto Tadeo, Danilo Antonio González, Abel Enrique Re, Carlos Alberto Orihuela, Ricardo Grisolía, Gustavo Antonio Montell, Hugo Eduardo Pochón, Guillermo César Viola y Domingo Armando. Todos serán indagados el miércoles por el juez federal Daniel Rafecas, a cargo de la causa.

La investigación apunta a determinar las responsabilidades de distintos escuadrones del Ejército, la Policía Federal y la Gendarmería que el 29 de septiembre de 1976 desataron una cacería en contra de un grupo de militantes de la agrupación política Montoneros.

Ese día, los efectivos llegaron armados a la calle Corro 105, en el barrio  de Villa Luro, Buenos Aires, y asesinaron a Alberto José Molina Benuzzi, Ignacio José Bertrán, Ismael Salame y José Carlos Coronel. Además, otros cuatro militantes fueron secuestrados, mientras que Victoria Walsh se suicidó al advertir que no podría escapar de las fuerzas represivas, una práctica habitual entre los miembros de la organización clandestina, que buscaban evitar así ser secuestrados y torturados.

Rodolfo Walsh, padre de Victoria y autor de la novela de no ficción Operación Masacre, fue asesinado al año siguiente por las fuerzas militares, luego de difundir y enviar por correo a varios medios su famosa Carta abierta de un escritor a la Junta Militar, considerada una de las obras más importantes del periodismo latinoamericano, debido a que dejaba constancia de las atrocidades que estaba cometiendo el gobierno de facto.

Tras la muerte de su hija, escribió una carta a sus amigos en la que afirmó: "Vicki pudo elegir otros caminos que eran distintos sin ser deshonrosos, pero el que eligió era el más justo, el más generoso, el más razonado. Su lúcida muerte es una síntesis de su corta, hermosa vida. No vivió para ella, vivió para otros, y esos otros son millones. Su muerte sí, su muerte fue gloriosamente suya, y en ese orgullo me afirmo y soy quien renace de ella".