Descubren misteriosa danza de plasma en la ionosfera

Investigadores de la Universidad de Oslo ha conseguido determinar una especie de danza oculta del plasma en la ionosfera terrestre utilizando los datos de un radar de una precisión asombrosa y un singular algoritmo por ellos ideado.

 La ionosfera, esa porción de la atmósfera que se extiende entre 60 y 1000 km sobre el nivel del mar y que entraña gran importancia ara las comunicaciones, Magnus F. Ivarsen, investigador del Departamento de Física de la Universidad de Oslo, decidió junto con otros investigadores analizar el plasma de nuestra ionosfera, para revelar qué hay detrás de algunos comportamientos particulares.

Dicho estudio fue publicado en el Journal of Geophysical Research: Space Physics, y en el recogen el empleo de datos procedentes de un sistema de radar denominado ICEBEAR (Ionospheric Continuous-wave E region Bistatic Experimental Auroral Radar), al que se aplicó un nuevo algoritmo capaz de detectar agrupaciones de ecos de señales de radar que indican estructuras de plasma, incluso las más pequeñas, de apenas un metro de tamaño.

Es así que se hace posible rastrear el movimiento de estas microestructuras dentro de la ionosfera y deducir de ello las propiedades del campo eléctrico que provoca su movimiento.

Con este innovador algoritmo es posible rastrear los movimientos de campos eléctricos impulsivos, lo cual resulta trascendente para comprender mejor el comportamiento y la estructura de la ionosfera y sus afectaciones por la actividad electromagnética que ocurre en el espacio.

De hecho, cuando el viento solar, es decir, las partículas cargadas procedentes del Sol, llega a la Tierra, interactúa con nuestra ionosfera, arrancando electrones a los átomos de nuestra atmósfera.

Ello provoca fenómenos de inusual belleza, como las auroras boreales; pero también ocasiona problemas en las comunicaciones terrestres y por satélite, incluyendo periodos de apagón radioeléctrico total.

Con esta técnica, aún más perfeccionada, sería posible predecir cuándo y cómo las comunicaciones pueden sufrir interrupciones y quizás, algún día, puedan idearse nuevos métodos de comunicación que sean resistentes a la actividad electromagnética espacial. (Con información de tiempo.com)