Deber y preocupación en la misma cuerda

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Deber y preocupación en la misma cuerda
Fecha de publicación: 
5 Mayo 2020
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En primer plano, Alain Landrián (Dr. Home), en una de sus guardias en el hospital Enrique Cabrera. Fotos: Cortesía del entrevistado.

En primer plano, Alain Landrián (Dr. Home), en una de sus guardias en el hospital Enrique Cabrera. Fotos: Cortesía del entrevistado.

Es el clásico cubano, jaranero, siempre buscando sacarle una sonrisa al prójimo, pensando en el bienestar de los suyos. Pero cuando asume su responsabilidad de médico, Alain Landrián Davis, Especialista de Primer Grado en Medicina Familiar y Medicina Interna, quien se desempeña como internista en la Unidad de Cuidados Emergentes del Hospital Enrique Cabrera, es un crack.

Por su conocimiento y seriedad, su profesionalidad, a pesar de tener 38 años, me atrevería a decir que es por lo que muchos le conocen como Dr. Home, porque ser atendido por él, verdaderamente se antoja como sentirse en casa.

Alain, por estos días, estuvo en aislamiento por contacto con dos pacientes positivos a la Covid-19, y su preocupación es multifactorial: piensa a cada segundo en sus dos hijos, un varón de 17 años y una hembra de ocho; en su actual esposa, con quien comparte, además, trinchera profesional, pues es técnica de laboratorio en el área de Unidades de Atención al Grave (terapias).

Sucede que ella es diabético tipo-1, o sea, insulinodependiente, y eso los hace a ambos extremar exponencialmente cualquier medida de protección.

Teme también por un alza en los contagios que ponga contra las cuerdas la baja disponibilidad de equipos adecuados de protección individual de aquellos que en cualquier trinchera de nuestro sistema de Salud Pública se exponen a diario. Algo que se deriva de disímiles variables, entre ellas, el bloqueo, y no asociadas directamente a la gestión del Minsap.

Ya lo comentaba: Dr. Home es uno de esos especialistas meticulosos hasta la médula, y al ser interpelado sobre otros temores asociados a este devastador coronavirus, dictó cátedra con su grado de especificidad:

“Hay varios factores que me preocupan de este coronavirus:

  1. Vector de contagio muy elevado.
  2. La afectación a cualquier grupo etario, incluso con complicaciones de esta enfermedad, muchas veces sin antecedentes patológicos de importancia.
  3. La falta, en algunos casos, de equipos de protección individual (EPI) adecuados.
  4. Baja percepción de riesgo en la población.
  5. Alta tasa de afectación en personal de la salud a nivel mundial.
  6. Escasa disposición de medios diagnóstico en centros hospitalarios que por ahora no se han destinado para el cuidado de pacientes positivos de Covid-19. Esto lo digo tomando como ejemplo mi centro, Enrique Cabrera, pues desde acá, como desde muchos otros, se remiten los casos sospechosos para dichas unidades.

Todas estas cuestiones agudizan el estado de alerta y también el temor de llevar la enfermedad a nuestros hogares, y por consiguiente, todo lo que esto pueda acarrear.

Desde su condición de especialista, ¿qué otro elemento de consideración debe ser contemplado?

“Hablamos de una pandemia que prácticamente supera los tres millones de contagios y posee una letalidad superior al 7%. Tomando en cuenta esas cifras alarmantes, preocupa sobremanera la alta tasa de pacientes contagiados asintomáticos y, por tanto, de su registro de la enfermedad.

El diapasón amplio en forma de presentación, aun en ausencia de síntomas respiratorios clásicos, hace que se deba tener en cuenta que cualquier paciente puede poseer la Covid-19 y, por tanto, si no se hace diagnóstico oportuno con una pesquisa activa de la misma, mediante la realización de PCR, será difícil establecer a ciencia cierta a qué nos enfrentamos.

Lógicamente, el grado de exposición del personal de salud será mayor, mientras mayor sea ese margen de desconocimiento o brecha respecto a los contagiados y por qué causa contrajeron la enfermedad.

Temo por un colapso en los servicios, aunque esto está más lejos de suceder, y no me refiero a la cantidad abrumadora de casos enfermos, sino por la posible baja de personal de salud en exposición”.

Hablando de exposición, ¿cómo manejas ese punto, sobre todo relacionado con tu esposa, que es diabética insulinodependiente?

“En casa la cosa se torna bien complicada, pero hasta ahora hemos podido manejarlo. La limpieza es constante, y el uso habitual de hipoclorito o soluciones alcoholadas son medidas que no faltan.

La 'desnudez' prácticamente antes de entrar y el aseo corporal y de la ropa de trabajo es inmediato, sin retraso alguno.

A eso le sumamos el uso constante de nasobucos en el hogar, aun sin presentar síntomas.

Las expresiones de amor y cariño se han limitado a gestos, detalles escritos, culinarios, incluso en la intimidad buscamos las fórmulas menos riesgosas.

A eso le sumamos el manejo dietético de mi esposa respecto a su diabetes. Imagina: si en tiempos normales se dificulta, ahora es mucho más complejo.

De cierto modo y siendo previsor, antes de esta oleada vírica nos preparamos en materia de compra de alimentos, en buena medida enlatados y duraderos, con el fin de garantizar en un grado favorable su alimentación, indispensable y necesaria para su adecuado control, pues es una de las patologías de riesgo para adquirir el coronavirus y desencadenar alguna posterior complicación”.

¿Relevancia de la protección y responsabilidad?

Máxima. Hay que darle toda la posible, tanto cada individuo en la población, cada padre o madre de familia, personal de salud, entes gubernamentales, choferes, obreros, todos... el cortarle el paso y reducir al máximo el contagio de esta pandemia es deber de todos.

Ahora a nosotros nos han asignado unas gafas y caretas, que si bien no son individuales y hay que pasarlas de guardia en guardia, contribuyen a elevar medidas de protección en el puesto de trabajo.

Por lo tanto, sin que parezca un lema o frase trillada, quedarse en casa y practicar el autoaislamiento social es la mejor fórmula para cortarle el paso al coronavirus.

Por fortuna, hasta ahora mi esposa, hijos y yo estamos bien. Sigo trabajando a diario, porque es mi deber, responsabilidad mayor y vocación.

El Dr. Home agradece la colaboración de un grupo de Makers Print 3D que aportaron un número de caretas para elevar las precauciones del personal de salud en centros hospitalarios.

Comentarios

Doy fe de su vocación y excelente profesionalidad, es un dr fuera de serie.....no por gusto lo bautizamos dr Home....haciendo alegoría al brillante dr house .....y el artículo sencillamente brillante..... gracias
yuleiky.igarza@nauta.cu
Me encantó! Felicidades al Dr. Home y a Harold! Esperamos por saber más de nuestros héroes cotidianos!
Execelentes profesionales, amigos. Orgullosa contar con vuestra amistad. Los quiero desde la distancia

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