DE LA HISTORIA DEPORTIVA: Falcón y Bent con el mejor homenaje a Bebito Smith
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Rodolfo Falcón, el más grande nadador cubano de todos los tiempos.
Este hombre que usted ve enfundado en una trusa, bajo el sol, metido en una piscina del Consejo Voluntario Deportivo vedadiense Camilo Cienfuegos, rodeado de recién nacidos a los que enseña a flotar, a nadar mientras los llena de alegría, es un as de la natación: Leonel, Bebito, Smith ganó tres medallas doradas en los IV Centroamericanos, Ciudad de México 1928, y dos doradas y una de plata cuatro años después en la cita de La Habana
A pesar de la edad, nació en Varadero el 30 de junio de 1909, muestra una fortaleza física y mental tremenda. No se limita a su tesis basada en comenzar a los pocos años de nacido las prácticas en el agua: la lleva a la vida. Sin exageración, con el ritmo adecuado enseña a flotar, a dar las primeras brazadas y a ir usando las piernas, luego de acostumbrarse a un medio que puede asustar al principio y, luego, se vuelve tan de uno cuando se le coge el gusto. A nadar se ha dicho y hecho, sin pensar enseguida en títulos: la dicha ofrecida, el sano esparcimiento, la formación corporal y de espíritu a inicios de la existencia y en la continuidad es lo esencial. Masividad bien guiada.
Bebito ha abierto una puerta. Se retira en 1991. Por su labor atlética y en favor de la niñez, la fecha de su nacimiento es declarada Día de la Natación Cubana desde 1999. No voy a mentir: su legado y el impulso a ese deporte no han tenido la acogida necesaria. Las cortinas del olvido han caído sobre ellas. Ojalá esa situación pudiera ser vencida de alguna u otra forma sin más tardanza. Fallece el 22 de junio del año 2000. Mas en 1996 dos compatriotas le rindieron un gran homenaje: Rodolfo Falcón y Neisser Bent. Me citaré a mí mismo. El suceso lo narré en mi libro De Atenas a París. Los Juegos Olímpicos, editado por Warriors en 2024.
Hacia la piscina olímpica de Atlanta 1996
Iremos hacia la magna cita escenificada en Atlanta 1996. Les escogí el combate en los 100 metros de espalda. Dos cubanos entre los 82 contendientes de un deporte propio de las naciones desarrolladas o de quienes, nacidos en otras tierras, se adiestran en dichos países. En contra, además, la débil alimentación histórica, aun desde las entrañas de las progenitoras, masticadora de la fortaleza y la resistencia indispensables en el nadador. El campo socialista inexistente y el bloqueo gringo reforzando nuestros males, cada vez más incrementados.
Para muchos de los entendidos, muy lejos de las posibilidades Rodolfo Falcón y Neisser Bent. Pocos se atreven a pronosticar sus logros acá: significaría un gran salto. Sin embargo, ambos competidores no piensan irse con los pechos desiertos. ¡Ya se lanzó Bent! Mírelo batirse desde el carril uno de la serie cinco. ¡Se impone! ¡Rodolfo al agua en la eliminatoria seis!¡Llega primero! La final. Falcón por el cinco; su compatriota por el seis. El favorito, Jeff Rouse por el uno. Amo de la distancia en estos momentos, fue subtitular en Barcelona 1992 y ha avanzado ostensiblemente. ¡Ya combaten! Los tres encabezan la batalla. El estadounidense bien adelantado, hace valer la opinión de los expertos cuando toca antes que todos. Después, par de proezas para la Mayor de las Antillas. Falcón, segundo; Bent, tercero.
Estos dos galardones refulgen a la altura de los conseguidos en los XXVI Juegos por las Fabulosas Morenas del Caribe, la judoca Driulis González, el pesista Pablo Lara o el luchador greco Filiberto Ascuy. Todos ellos las han conquistado frente a los más destacados de su disciplina en el planeta, y no entre pretendientes de las filas del amateurismo. En el brillo de cualquier cetro hay que tener presente la potencia de los rivales y el nivel de la especialidad. ¿Acaso la victoria olímpica de los futbolistas posee el mismo esplendor de la obtenida en la Copa del mundo?
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