DE LA COCINA: ¿quién dijo lasaña? (+receta)
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Fotografía tomada de https://www.bonviveur.es
Como hay un día para celebrar cada aspecto de la vida, no podía faltar uno para la lasaña, ese plato de origen italiano que gusta a muchos celebró su Día Mundial el pasado 29 de julio. Una delicia, de las más famosas elaboradas con pasta, y que no necesita de un día específico para cocinarse o encargar una.
Primero, en su idioma original se denomina “lasagna”. Sobre su génesis hay muchas versiones, y es difícil tener la idea concreta. De acuerdo con la literatura especializada, la palabra deriva del término griego “lasanon” y del latín “lasanum”.
En unos casos sugiere el recipiente que se utilizaba para cocinarla, en otros un pastel relleno similar que luego fue nombrado “lagum”. Lo que sí se sabe es que de esto ya se hablaba hace tantos años, antes de Cristo, en la Antigua Roma, y que evolucionó y se internacionalizó.
También en cada región puede recibir nombres completamente diferentes, como “pastel azteca”, en México, y pasticho, en Venezuela. Casi siempre con variaciones en sus recetas.
¿De qué se trata esta exquisitez? Pues es aquella que se prepara intercalando unas finas láminas de masa neutral con salsas, más el relleno que le dará su sabor predominante, y queso. Luego se lleva al horno para que funda y gratine, y se sirve caliente.
Sin embargo, esta definición no puede ser tan escueta y mucho menos estricta porque la lasaña ya es tan popular que cada persona puede tener su propia fórmula. Son muchísimas las opciones, y además de saladas, también puede ser postre si se emplea frutas y cremas como la catalana, de chocolate, o tantas más.
Fotografía de lasaña de frutos rojos tomada del perfil del chef Omar Sandoval en Facebook
Lo interesante de esta preparación es la fusión de sabores distintos que resulta en un delicioso manjar para el paladar, además, su colorido lo hace ser un plato bonito si se es cuidadoso al estructurarlo. De entre todas las variantes que existen, la boloñesa es una de las más famosas, preferidas y demandadas. Esta incluye carne triturada en una condimentada y consistente salsa de tomate, más una bechamel espesa, por ejemplo.
La lasaña dependerá del gusto de los comensales y de la disponibilidad de ingredientes. Se puede hacer con verduras, pescados, embutidos o lo que se desee. Lo común es terminar con abundante queso rallado.
También se puede improvisar y sustituir las láminas por otros tipos de pasta, aunque sean sueltas como macarrones, fideos, o espaguetis. La clave es ponerle la cantidad justa de salsa y relleno para que compacte y no pierda la forma. En recetas como la mencionada mexicana, el pastel azteca, se utiliza la típica tortilla local y la carne con chile.
Otras son más exóticas aún. En lugar de pasta se colocan hojas de col o acelga, incluso tiras de berenjena, pepino o lascas muy finas de calabaza. ¡Son tantas las opciones!
La receta
La lasaña está muy presente en la gastronomía mundial. Hoy queremos dejarle una opción muy singular del pasticho venezolano que promete una explosión de sabores inigualable al combinar dulce y salado.
Fotografía tomada de https://noticias24carabobo.com
En Venezuela se le dice “pasticho” a la lasaña. Según referencia encontrada aquí en la web, el término bolivariano puede tener su origen en las ciudades italianas de Verona o Venezia, donde a este plato se le llama así mismo, “pasticcio”. Y como en su composición el país caribeño ha vivido importantes migraciones de muchas comunidades del mundo, posiblemente se difundió con este otro nombre. Es curioso que en italiano “pasticcio” significa desorden. Quizás antes la receta no alternaba capas de manera prolija a como lo hacemos ahora.
En esta adaptación criolla vamos a cambiar las láminas de pasta por tajadas de plátano pintón o maduro fritos. Se ubican en un recipiente sobre una ligera capa de salsa bechamel y se alternará con carne en tomate, jamón, y queso hasta alcanzar la altura deseada.
La terminación es al gusto, o bien con el plátano, o con bechamel y queso, ambas formas son sabrosas. Se hornea para gratinar al punto exacto. Si se terminar con plátano maduro frito el resultado será crujiente y caramelizado.
Esta es una versión tropicalizada que no falla. Y como estamos en Cuba, no se agobie, sustituya lo que no encuentre según le convenga, innove y disfrute de la experiencia de cocinar.
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