Cumplió el voly (m)

Esta vez no salimos cabizbajos de Pinar del Río. A diferencia de lo ocurrido el pasado año ante rivales similares, cuando Cuba no pudo obtener su boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, esta vez la selección masculina de voleibol sí ratificó su favoritismo.

Es más, desde la segunda jornada ya el combinado antillano era campeón del torneo, pero así y todo quiso despedirse por todo lo alto y blanqueó Puerto Rico, precisamente el equipo que nos dejó en el camino meses atrás rumbo al sueño estival.

Terminar invicto en este Challenger Final Four de la Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe (Norceca) era una especia de deuda, y fue saldada como debe ser.

Incluso el director técnico anfitrión, Nicolás Vives, realizó cambios para probar a diferentes figuras, y nadie desentonó. Se trata de una generación muy prometedora, pero que todavía no ha dado el golpe definitivo que de ellos se espera, y ojalá eso ocurra este año.

Ahora dimos el primer paso, pero la tónica hay que mantenerla para poder regresar a la elite.

Ganar este evento nos garantizó la presencia en el Challenger Mundial que acogerá Sudcorea del 28 al 31 de julio, donde Cuba podría conseguir una plaza para la Liga de Naciones, para lo cual habría que superar a los representantes de las demás Confederaciones que buscan su acceso a la Liga. Sin dudas, un reto bastante exigente.

Antes nuestros voleibolistas competirán en el Final Six continental en México, del 9 al 18 de julio, que debe otorgar plazas para los Juegos Panamericanos de Chile el próximo año. Ya el pasado año obtuvieron sus cupos México y República Dominicana (finalistas), por lo que los nuestros no deben tener problemas para sumarse a la justa multideportiva continental.

Agosto traerá los eventos fundamentales de la campaña: la Copa Panamericana prevista en Gatineau, Quebec, Canadá, del 7 al 15, y el Campeonato Mundial de Polonia y Eslovenia, entre el 26 de agosto y el 11 de septiembre.

Esta Copa, que completará las plazas para los Panamericanos, será el último certamen para perfeccionar el juego de cara al Mundial, en el cual las expectativas son muy altas, si bien hay que acudir con los pies en la tierra.

Sabemos el potencial que tienen los voleibolistas cubanos, pero en un certamen de máximo nivel es muy difícil obtener un gran resultado de la noche a la mañana, de ahí la importancia de lo conseguido en Pinar del Río, que fue el comienzo de este ciclo olímpico.

Poco a poco, sin prisa, pero sin pausa, nuestra selección debe ir ganando partidos y sobre todo respeto a nivel planetario. El Final Six mexicano y el Challenger Mundial nos dirán si realmente podemos pensar en grande.