Cuba y París 2024: Buque insignia sin sus referentes

La eliminación este domingo de Arlen López dejó a la Nave Insignia del Deporte cubano, el boxeo, sin sus principales referentes.

Arlen López

Ya se había ido sin medallas Julio César La Cruz, en una decisión que nos pareció injusta en el sentido de que para sacar del juego a una leyenda se necesitaba mucho más de su rival, aunque el nuestro haya hecho poco por la victoria y estuvo lejos de sus mejores presentaciones.

Julio César La Cruz

Arlen pretendía incluirse también en el selecto grupo de tricampeones olímpicos y por lo menos se va con bronce, pero a diferencia del camagüeyano sí se le vio dar el máximo sobre el encerado, e incluso conectar los mejores golpes. Sin embargo, su contrario fue una máquina de tirar durante los tres asaltos.

Es verdad que la mayoría de sus impactos quedaron en los antebrazos del guantanamero, pero igual eso impresiona a los jueces, porque ya las peleas no se deciden por la sumatoria matemática de los puñetazos efectivos, sino que se valora todo lo demás.

Nos queda con vida solamente Erislandy Álvarez, y sobre el cuadrilátero realmente ha sido el que más convincente se ha mostrado, pero tendrá al ídolo local en la final de su categoría y será bastante complicado desquitarse del revés sufrido en el pasado Campeonato Mundial cuando Sofiane Oumiha busca su primer oro olímpico, y ante su afición.

Erislandy Álvarez

En manos del cienfueguero está la posibilidad de no firmar la actuación más floja del deporte de los puños en Cuba en unos Juegos Olímpicos desde que subió por primera vez al podio en México 1968.

En aquel momento regresamos con dos medallas de plata, por lo que se necesita la corona del ligero welter para mejorar cualitativamente esa actuación.

Podrá haber más o menos polémica con respecto a las votaciones de los jueces (no creo que sea la causa) pero esto es la consecuencia de un cuatrienio en el cual la escuadra sufrió la baja de buena parte de sus primeras figuras.

El colectivo técnico encabezado por Rolando Acebal, que por cierto, también se renovó bastante, hizo su acostumbrado trabajo de excelencia, pero tanto en el deporte como en la vida no se deben quemar etapas, porque lo más normal es que las cosas no salgan bien.

Una nueva hornada que no debió ser protagonista en este cuatrienio asumió la responsabilidad y lo hizo con toda la hidalguía y la frescura de su bisoñez, pero unos Juegos Olímpicos son otra cosa, y a pesar de la buena imagen dejada en la pasada cita del orbe esto son palabras mayores.

Por ahí tienen la medida de lo que se le está pidiendo a Erislandy, a quien afortunadamente esa ceja derecha le ha dejado completar todos sus combates sin grandes contratiempos, lo cual era más peligroso que cualquier contrario.

No sería el primero que destroza los pronósticos, ni tampoco el primero que lo hace clasificándose en el último tren, porque recordemos que pasó trabajo para alcanzar el boleto a París.

En sus puños está la respuesta, si logra también cumplir el plan táctico trazado desde su esquina para intentar silenciar las gradas.