Cuba sigue aportando en la batalla contra el cáncer
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En 2008 se registró la formulación, aún no en su versión final, lo cual sucedió en 2016 ya con el nombre de HeberFERON para el tratamiento del cáncer de piel en células basales, sobre todo en pacientes avanzados y aquellos de alto riesgo de recurrir en la enfermedad.
Cuba se suma hoy a la comunidad global en la conmemoración del Día Mundial contra el Cáncer, enfermedad que según la Organización Panamericana de la Salud resulta la segunda causa de muerte en la región de las Américas.
Destacan los aportes de la nación antillana en la creación de medicamentos para tratar ese padecimiento, que según las estadísticas costó la vida a 1, 4 millones de personas en 2020, mientras otros cuatro millones fueron diagnosticados.
Uno de los innovadores fármacos cubanos es el HeberFERON, único en el orbe, y también empleado en la actualidad en el protocolo de actuación contra la COVID-19 con muy buenos resultados.
El Doctor en Ciencias Biológicas Irlado Bello Rivero, líder de ese proyecto en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), comentó a la Agencia Cubana de Noticias sobre la historia y evolución del importante producto.
Señaló que en 1957 se descubrió el Interferón Alfa 2b Humano y en 1961 el Interferón Gamma Humano, por sus propiedades antivirales, pero no fue hasta 1981 cuando aparecieron en la nación.
Al comprobarse sus efectos antitumorales en sistemas in vitro de cáncer, la variante alfa 2b estuvo entre las primeras en utilizarse en el mundo prácticamente contra todos los tumores, ya que inhibe el crecimiento celular.
El investigador titular contó que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz se interesó por esa posibilidad de tratar el cáncer y envió a un grupo de expertos a capacitarse sobre el tema y a profundizar en la tecnología para el desarrollo de los interferones.
Como resultado, explicó, comenzó a producirse en el territorio nacional el Interferón Alfa Leucocitario Humano, obtenido por primera vez de forma natural a partir de glóbulos blancos y leucocitos infectados con un virus.
Agregó que esa formulación también se empleó con logros en el tratamiento de la conjuntivitis y el dengue hemorrágicos.
Se inauguró el Centro de Investigaciones Biológicas, donde se ahondó ese estudio; luego el CIGB surgió en 1986, y ya en la década de los 90 producíamos por vía recombinante Interferón alfa 2b y el gamma, aseveró.
Bello Rivero precisó que se realizaron ensayos clínicos de los dos productos por separado y se registraron en actividades virales para casi cualquier padecimiento y tipo de cáncer; al igual evolucionaron sus formulaciones y se logró mayor estabilidad en la sangre.
No obstante, los interferones no tenían todos los efectos en los pacientes con cáncer que los evidenciados in vitro y aparecen otras alternativas para la enfermedad como anticuerpos monoclonales y vacunas, añadió.
El especialista comentó que aunque en el orbe decaía ese interés, en el archipiélago existía una vasta experiencia en su uso y este era uno de los pocos lugares donde se producían las dos variantes.
Por tanto, continuó, se dedicaron a combinarlos en una mezcla, pues se sabía que juntos generaban una potencia biológica superior.
Subrayó que en el año 1998 surgieron esas ideas y en 2005 lograron definir una nueva combinación que permitió patentar el producto.
Nadie más los ha combinado de esa forma ni ha logrado ponerlos en un mismo bulbo de forma estable, porque ellos se parecen mucho biológicamente pero físico-químicamente son muy diferentes, afirmó.
Resaltó que demostraron la superioridad de la novedosa opción sobre los interferones alfa y gamma por separado, mediante ensayos clínicos en pacientes con carcinomas basocelulares, los tumores de piel más frecuentes y de alta incidencia a nivel global.
La respuesta antitumoral resultó más rápida y más completa, indicó, y esto se evidenció también en tumores avanzados que no habían respondido a tratamientos previos ni a cirugías.
En 2008 se registró la formulación, aún no en su versión final, lo cual sucedió en 2016 ya con el nombre de HeberFERON para el tratamiento del cáncer de piel en células basales, sobre todo en pacientes avanzados y aquellos de alto riesgo de recurrir en la enfermedad.
Bello Rivero informó que comenzaron a evaluar el medicamento en tumores cerebrales malignos y en carcinomas renales de alto riesgo después de cirugía, con muy buenos resultados hasta la fecha.
Precisó que ambos estudios se encuentran en Fase II, y las proyecciones, cuando la pandemia de la COVID-19 lo permita, son registrar su uso para esos tipos de cáncer.
Según el experto, el HeberFERON aún no traspasa las fronteras nacionales, pero el interés de otros países por el fármaco aumenta en el contexto pandémico.
Resulta notable su efectividad para negativizar en enfermos por SARS-CoV-2 a pocos días de administrar la primera dosis, incluso en aquellos con persistencia viral a los 15 días, comentó Bello Rivero.
Asimismo, señaló que influye en la respuesta antiinflamatoria, lo cual contribuye a disminuir la cifra de enfermos graves por el nuevo coronavirus.
El sitio digital del Grupo Empresarial BioCubaFarma, al cual pertenece el CIGB, añade que la administración de ese medicamento permite acortar las ventanas de respuesta contra la infección viral sin tener que utilizar lopinavir-ritonavir y la cloroquina.
Investigadores reportan que en las últimas décadas el cáncer de piel se ha incrementado en el mundo y en Cuba se reportan unos cinco mil nuevos casos cada año, con tendencia al aumento, en particular el del tipo carcinoma basocelular, aunque también se presentan el espinocelular y el melanoma.
El melanoma de piel, por datos de la OPS, se encuentra entre los tipos de cáncer diagnosticados con mayor frecuencia entre los hombres.
La propia institución advirtió que si no se toman medidas para prevenir y controlar el cáncer, se prevé que el número de personas que serán diagnosticadas aumentará en un 55 por ciento, lo que significa aproximadamente 6,23 millones de personas para 2040, en la región de las Américas.
Además, enfatizó que los enfermos con cáncer tienen un mayor riesgo de sufrir COVID-19 grave, pues al tener una afección subyacente la mortalidad es más alta.
En el territorio cubano la atención a este problema de salud es una prioridad para el gobierno y, por consiguiente, de las autoridades del sector, cuenta con una amplia participación intersectorial y comunitaria, así como un manejo integral e integrado entre los diferentes niveles de atención y sectores de la sociedad.
Informaciones recientes indican que la utilización del HeberFERON se ha extendido a todo el país, mediante la apertura de más sitios con ese fin en los diferentes municipios.
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