Cuba: joven profesor de la Universidad de La Habana explica lo que pasó en el parque Trillo

Al finalizar el encuentro entre los jóvenes reunidos la tarde de este domingo 29 de noviembre en el parque Trillo, barrio de Cayo Hueso, en La Habana, Armando Amorós Rodríguez, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, respondió varias interrogantes que pueden acercar al entendimiento de esa concentración, el contexto en que se sitúa y sus proyecciones.

¿Qué te trajo al parque este domingo?

Sinceramente, Cuba, la Revolución y el espíritu rebelde que tenemos los jóvenes y que nos hace sentirnos unidos. No solo porque estemos trabajando por construir un proyecto de país, estamos aquí para defender también un proyecto de vida. La palabra “joven” se ha escrito en más de 60 años de lucha. Somos la energía que formamos el presente y futuro de nuestra nación.

No nos vamos de aquí con un sabor de confrontación. Todo lo contrario. Nos vamos con un sabor de continuidad y diversidad. Si algo hemos sabido reconocer durante estos años es que en la diversidad está la unidad. No porque tengamos criterios diferentes nos vamos a ir divididos, todo lo contrario. Llegamos aquí diversos y nos vamos de aquí unidos. Tenemos ese principio de construir una nación con todos y para el bien de todos.

¿Cómo se inserta esta concentración de jóvenes en el contexto de los últimos días?

Nuestra participación es sumamente voluntaria, de corazón. Estamos aquí para mostrar nuestro sentir. Me siento totalmente identificado, totalmente reflejado, por estar rodeado de un grupo que sí defienden el sentido creador y constructor, diverso y alterno, por lograr una sociedad mucho más completa. No con un sentido de destruir los más de 60 años, sino con un sentido de construir, aportar, enriquecer la patria…

Algunas personas en las redes sociales han sostenido que los aquí reunidos estaban convocados por un espíritu consignista y que vendrían a repetir ideas vacías. ¿Cómo tú lo ves?

Me emocioné cuando de forma natural muchos jóvenes, de diversos pensamientos, empezaron a aunar criterios para lograr expresar de modo coherente, armónico, pacífico y humano nuestro sentir por la nación. Me siento natural, normal, contento, sin ningún tipo de presión o indicación, sin ninguna orientación partidista. Estoy aquí de corazón, como muchos otros.

Puede darse el caso de jóvenes que comparten las esencias de este encuentro hayan decidido no asistir. ¿Qué mensaje se les debe enviar?

La trinchera de cada uno es el lugar donde se ponen las manos para mejorar la sociedad; que den su granito de arena, su pensamiento, su criterio…

A 60 años de un proceso, en ocasiones considerado -de modo reduccionista- estancado, ¿confías aún en la voluntad transformadora de la juventud cubana revolucionaria?

Totalmente. Desde mi experiencia dando clases y compartiendo con varias generaciones de estudiantes, he notado un criterio nuevo, muy creativo, diverso, que reconoce los años de lucha de nuestro país. Es un pensamiento joven que reconoce su pasado y apuesta por crear.