Crónicas bien cortas: una casa para todos los abuelos
especiales

Iba como suelen ir últimamente las niñas: vestida de mujer. Jeans y unos zapaticos de tacón que no solo anunciaban su paso, sino su porte. No creo que pasara de los 5 ó 6 años la "chiquilla" que se plantó frente a la mamá y le dijo:
"Tengo una idea, cuando sea grande y gane mucho dinero en Youtube, voy a comprar una casa que parezca un castillo, pero sin escaleras, con piscina, un sofá bien grande, televisor, muchos sillones y un cuarto para cada uno. Me voy a llevar a todos mis abuelos para allí, tú y mi papá también, así nunca van a estar solos y no vamos a estar cogiendo tanta guagua para ir a visitarlos".
Estaba decidida y, yo que le vi los ojitos brillantes, no dudo ni por un instante que convierta su idea en plan y luego en realidad. Llegó el P11 y ya no pude enterarme de otros detalles, que seguramente también tenía pensados para facilitarle la vida a los más longevos de la familia.
Alcancé asiento y eso me dejó en mejores condiciones para rumiar la escena y pensar en la falta que hacen más planes para elevar la calidad de vida de los abuelos en un país donde la esperanza de vida supera los 78 años y para el se calcula que los adultos mayores sobrepasarán los tres millones y representarán más del 30% de la población.
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