Covid19 en Cuba: ¿De verdad no perciben el riesgo?

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Covid19 en Cuba: ¿De verdad no perciben el riesgo?
Fecha de publicación: 
17 Agosto 2020
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Imagen principal: 

Foto: Ricardo López Hevia/ Granma

Escuché a una doctora asegurar que el asunto no es falta de percepción de riesgo, y creo que tiene razón.

A estas alturas del partido, quien no conozca o haya percibido el riesgo que comporta el nuevo coronavirus, no es de este planeta.

La información que hoy circula en Cuba y el mundo sobre el SARS-Cov2 es prolija. Cualquier botón que aprietes, lo mismo del mando del televisor, del radio, que del celular, la PC, la laptop, del tablet… lo primero que escuchas o ves es sobre el maldito virus.

También para aquellos con limitaciones auditivas o visuales funcionan alternativas que les permite estar informados, y hasta a los niñitos los ves por la televisión hablando del cirus y hasta mostrando dibujos sobre el macabro tema.

Entonces, el aumento de los contagios, de la falta de frenos, no parece estar en que falte percepción de riesgo, conocimientos sobre las mortales consecuencias que comporta el cuasi-bicho.

La cosa parece marchar por la inconsciencia, por un egoísmo mayúsculo, por un desinterés por el prójimo que aterra. 

Porque si este o aquel se creen invulnerables o no les importa contagiarse, podría ser un asunto estrictamente personal en el que no habría por qué meterse y ni siquiera comentar, si esas conductas afectaran solo a ellos. 

Pero  sucede que esas decisiones afectan a muchos. Es por eso que sí hay que meterse y ponerles freno.

Como la razón de tales comportamientos está en la falta de consideración, de solidaridad, de consciencia –no en una escasa percepción del peligro-, entonces, ¿hasta qué punto es efectivo apelar sobre todo al civismo, a la conducta ciudadana?

Quizás sería conveniente, junto a la persuasión, arreciar más los mecanismos que obligan a la disciplina, no dejar las cosas sobre todo a la buena voluntad.

Lo he vivido personalmente. El otro día, con la mejor de las formas, me dirigí a unos muchachones que estaban jugando básquet encantados de la vida, todos sin nasobuco, arremolinándose, “pechito con pechito”,  en torno a la cesta, intercambiando respiraciones y toses como quien comparte una panetela.

“¡Tía, pero si aquí  na’ más estamos nosotros!”, me contestaron como quien espanta a una mosca y siguieron con el balón. Sí, estaban solo ellos; pero cuando lleguen a sus casas entonces estarán junto a sus padres, abuelos, hermanitos; contactarán con otros amigos, con vecinos… Pero, definitivamente, no les importan. Aunque declaren que los quieren mucho, no les importan para nada.

Pues a esos a quienes ni sus madres importan, les impondría una multa bien grandota. Es verdad que ya se están poniendo multas, pero deben ser más, y que pataleen en las redes los que siempre patalean, que formen su alboroto hablando de represión, abuso y lo que se les ocurra. Lo hacen porque ningún ser querido se les ha contagiado a causa de un irresponsable.

¿Cómo, si no, se resolvió en esta Isla el tema de los cascos para los que se trasladan en moto? No hubo demasiado alboroto, ni un solo mensaje de alerta circuló por los celulares. Sencillamente, la policía no dejaba pasar ni a uno, la voz se corrió, y aparecieron los cascos, que son bastante más costosos que un nasobuco, por cierto.

Comentarios

Es cierto que hay muuuucha indisciplina por parte de la población y falta de amor a los demás ,pero quiero por esta via hacer un llamado a la reflexión del estado y del gobierno. QUE RESUELVE LA VENTA DE BEBIDAS ALCOHOLICAS EN ESTOS MOMENTOS , POR FAVOR , NO MAS PIPAS NI DISPENSADAS ESO TRAE CÓMO CONSECUENCIAS QUE COMO SE DICE EN BUEN CUBANO ME DI DOS PALOS Y SE ME OLVIDA HASTA MI NOMBRE. TODOS BEBEN DEL MISMO VASO , SE ABRAZAN PORQUE EN ESE MOMENTO SON HERMANOS. POR FAVOR NO MAS ALCOHOL NI PARA LLEVAR,ESO TRAE PROBLEMAS SERIOS.GRACIAS Y ESPERO QUE COMO SIEMPRE ME ESCUCHEN.
amloen@infomed.sld.cu
No solamente la irresponsabilidad con que actúan ponen en peligro a otros y a sus familiares, sino que al ser éste un medio de propagación que se pudiera evitar tomando medidas más drásticas retrasa la anhelada apertura por aquellos que cumplen disciplinadamente las medidas y orientaciones, las cuarentenas y sacrifricios que todo ésto requiere, mas los cuantiosos gastos que tiene que invertir el estado atendiendo a mas contagiados, en una situación económica difícil, ya que producto de la misma problemática, el estado no está recibiendo la tan necesaria entrada de divisas através del turismo y la visita a sus familiares de los cubanos residentes en el extranjero, mas los que han quedado varados, lejos de sus casas y sus familiares, y que por la irresponsabilidad de unos cuántos inconscientes, llámense padres o hijos se siga manteniendo éste problema, pues entonces mas nunca vamos a salir adelante. Si no hay escuelas, prohibir estar en las calles a los que debieran estar estudiando, poner multas a los padres cuyos hijos estén incumpliendo las medidas, no abrir los lugares públicos como playas, centros recreativos, bares, discotecas, etc, aunque se restablesca el transporte público e interprovincial hasta tanto no se controle de forma absoluta la enfermedad, aunque haya que llegar a la fase 3 en esas condiciones, porque hay que garantizar alcanzar ese estado para que se puedan reanudar los vuelos comerciales y normalizar la entranda de turismo y de la comunidad cubano-americana y recibir la necesaria inyección de divisas que el país necesita. La apertura de playas, centros recreativos y otros trae por consecuencia las aglomeraciones y el abarrotamiento del transporte y a causa de las indisciplinas nuevos brotes de la enfermedad. HAY QUE APRETAR, DUELALE A QUIEN LE DUELA Y GUSTELE A QUIEN LE GUSTE O NO.
maleyalberto@yahoo.es
En varias ocasiones he opinado que el Canal Habana debe mostrar un vídeo de como transcurre la covid19 desde el contagio hasta la muerte por asfixia para que se vea que cosa es la percepción del riesgo. Cuando la pandemia estaba crítica en Ecuador vi esas imágenes y les puedo asegurar que pasé varias noches sin dormir pero desde entonces ya casi 4 meses he salido a la calle sólo por suma necesidad con todas las medidas de bioseguridad por el bien mío, de mi familia y de los demás.
jinfante@uo.edu.cu
El problema, como bien expresa el texto, pero que yo haría más hincapié es que no hay civilidad. A mi modesto entender hay que revisar los patrones conductuales de la población cubana y muy seriamente tomar las medidas pertinentes.
No solo son los jovenes, hay personas que parece que viven en un mundo aparte que creo que ni se han enterado que el virus existe, sin contar de las madres que los niños ya les molestan dentro de la casa porque son muchos meses encerrados y los dejan jugar en la calle porque ese virus es un catarrito

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