Covid-19: ¿Quedan esperanzas para la inmunidad colectiva?
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En el transcurso del pasado 2020, cuando ya empezaban a entrar en fases de estudios finales varios candidatos vacunales, la comunidad científica y la población en general alivió con un largo suspiro la posibilidad de avistar el fin de la pandemia del nuevo coronavirus.
La llegada de varias vacunas supondría una cobertura de protección, que, si fuera pareja y a la misma velocidad en cada uno de los continentes y naciones, lograría una inmunización que, aunque no todos estuvieran vacunados, al efecto, los contagios fueran en descenso.
Llegó el 2021, a más de un año ya de convivencia con el SARS-CoV-2, con mayor conocimiento sobre este y también de terapias y fármacos a emplear para que los pacientes no se agraven, los graves no lleguen a críticos, y estos no fallezcan. Sin embargo, el presente no es alentador.
Para alcanzar ese umbral de inmunidad colectiva, se necesitaría de altas tasas de vacunación, cosa que no está sucediendo por la monopolización de las vacunas, la poca disponibilidad para los países pobres, y lo lento que ya va el proceso incluso en los más desarrollados.
De acuerdo con el científico de datos independiente, Youyang Gu, otros aspectos que tampoco ayudan a que se logre esa inmunidad de manada, es la aparición y desarrollo de nuevas variantes y la demora en la llegada de las vacunas para los infantes.
También, la epidemióloga y directora ejecutiva del Consorcio de Modelado de la Covid-19, Lauren Ancel Meyers, opina que “nos estamos alejando de la idea de que alcanzaremos ese umbral y luego la pandemia desaparecerá para siempre”.
Meyers no muestra esperanzas de una solución a la vista, y advierte que “podemos encontrarnos meses o un año más todavía luchando contra la amenaza y teniendo que lidiar con oleadas futuras”. La perspectiva es que la enfermedad se convierta en endémica, añadió.
Por otro lado, existe una gran masa científica que aún no está segura si vacunas como Moderna o Pfizer sean del todo efectivas para evitar que los ya vacunados no se infecten y no transmitan el virus a otros.
Shweta Bansal, bióloga y matemática de la Universidad de Georgetown en Washington D.C., opina que “la inmunidad colectiva solo es relevante si tenemos una vacuna que bloquee la transmisión, sino la única forma de conseguirla es administrando la vacuna a todos”.
Otra arista de este debate va sobre la desigualdad en el acceso a la vacunación. En EE.UU., por ejemplo, estados como Georgia y Utah han inmunizado completamente al 10 por ciento de su población, mientras Alaska lo ha hecho a más del 16 por ciento.
Ello, sin dejar de mencionar, que como siempre, los EE.UU. se han comprado todas las vacunas solo para ellos, como es usual, en ellos, para quienes afirman que la vacunación ahí va rápido, quedan muchos meses por ver un progreso físico real.
Otro punto que sigue siendo una interrogante es cuánto puede durar esa inmunidad al virus. La inmunóloga Ester Sabino de la Universidad de Sao Paulo de Brasil cree que “como las vacunas no son ciento por ciento efectivas, y la inmunidad basada en infecciones solo dura unos meses, se tendrá que adoptar una fecha ajustada para la entrega de vacunas”.
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