Conversando con Enrique Ubieta (III): La esencia de la “Henry Reeve”

Conversando con Enrique Ubieta (III): La esencia de la “Henry Reeve”
Fecha de publicación: 
5 Diciembre 2020
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Para muchos países del mundo, el primer contacto con Cuba ha sido a través de nuestros profesionales de la salud, y en estos tiempos difíciles de pandemia algunos recibieron colaboración médica por primera vez. Especializada en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias, la brigada “Henry Reeve” llegó dispuesta a enfrentar el combate contra la COVID-19 y a asistir a todo el que solicitara su ayuda.

El Contingente predica como principios fundamentales de su accionar: la solidaridad, el humanismo, la defensa y el ejercicio del derecho humano a la salud, así como la promoción del derecho humano a la paz. Bajo estas premisas, combaten  el mayor peligro sanitario que ha azotado al mundo en el siglo XXI y en el lapso de 5 meses (marzo-septiembre) su presencia ha llegado a 39 Estados, ha atendido a más de 550 mil 900 personas y salvado 12 mil 488 vidas.

A 15 años de la fundación de la brigada, Enrique Ubieta se enorgullece de acompañarla en sus múltiples misiones y en su más noble tarea: escuchar corazones.

La esencia de la brigada “Henry Reeve” tiene algunos requisitos, más que eso, algunos principios que son importantes. Hay algo que está en la base y es que el médico cubano no se siente como parte de una clase social superior. En su trabajo diario se interrelaciona con el paciente. Crea un vínculo. Establece una relación que rompe la barrera de clases sociales.

Cuando se habla de la guerra de civilizaciones, se ignora que en la base de todo está algo de lo cual hoy se habla muy poco, pero que es la diferencia de clases; y los médicos y enfermeros cubanos rompen ese esquema. Tratan a culturas precolombinas, a pueblos musulmanes, a pueblos de diferentes lugares de África, Asia, de Europa, y con todos mantiene una relación que realmente es muy hermosa.

Por otra parte, no se inmiscuyen en la política local. Esto es un principio en el que Fidel siempre insistió: son profesionales de la salud  que no hacen proselitismo político.

Ahora, para mí está claro y no lo voy a ocultar, que la sola presencia de un galeno cubano representando a la Revolución, en los lugares más inhóspitos del mundo, arriesgando su propia vida, es de hecho un acto político. Los pueblos no son bobos. Implica una acción que muestra un camino. Por eso los médicos que han mercantilizado su profesión le tienen tanto temor a la actividad internacionalista.

 

El gobierno norteamericano ha tratado de mancillar esta acción altruista con intensas campañas. Pero hay algo que los contradice radicalmente y es que la familia de esos colaboradores y el pueblo cubano, de conjunto, se sienten orgullosos de ellos.

Mientras que en Cuba los familiares de estas personas que van a arriesgar sus vidas al ébola o a esta pandemia a miles de kilómetros del país; mientras que los familiares de ellos los aplaudan; mientras que el pueblo aplauda con fervor a esos médicos y enfermeros…, Cuba está salvada.       

 

 

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