Broselianda, tan dentro...
especiales
En Calígula, con Teatro El Público.
Su magnetismo era poderoso. Subía al escenario y no podías dejar de mirarla. Era incapaz de hacer un rol insignificante. Era una actriz de recursos, una actriz con herramientas. Pero era más. Una intensidad. Una presencia. Una fuerza inefable.
Brilló en la televisión y en el cine, pero su casa mayor fue el teatro. Reinaba en la escena, era su ámbito. Nunca se conformó con «vestir» sus personajes; ella siempre quiso vivirlos.
Broselianda Hernández se ha ido demasiado pronto. Deja un patrimonio salvado: sus películas y muchas de sus series para la televisión. Pero de su ejercicio teatral, más allá de puntuales fotos y grabaciones, solo quedará el recuerdo de los que tuvieron el privilegio de verla, de escucharla.
Arte fugaz el del teatro. Pero arte de profundidades. Ahí Broselianda caló hondo, caló dentro. Ella aspiraba a hacer personajes grandes, personajes eternos, personajes inolvidables. Y los hizo. Esa fue su vocación y su entrega. Y le quedaremos siempre en deuda...
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Comentarios
gustavo
xiomara bobadilla
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