Brasil-Argentina: Dos colosos de América en un enésimo mano a mano
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Sí, habrá final soñada por muchos en la Copa América. Será el partido oficial número 108 entre Brasil y Argentina, dos colosos del fútbol en América y en el planeta. Será a su vez el 34to pulso en esta competición, la más longeva a nivel de selecciones.
Demasiado morbo encierra esta final: y me atrevería a decir que estas son dos de las selecciones por las que más se tuerce en nuestro país. En el nuevo milenio el Scratch ha sacado los mejores dividendos frente a la Albiceleste: triunfos en las ediciones de 2004, 2007 con goleada de 3-0, y en la semifinal de 2019 2-0. Eso amén de un global favorable a los argentinos con 15-10 en el balance de victorias y derrotas, además de ocho empates como parte de la cruenta rivalidad entre ambos en la competición.
Eso, aderezado con un 42-40 inclinado a favor de Brasil en todos los mano a mano desde aquel 20 de septiembre de 2014, además de 25 igualdades. Argentina ganó 3-0 en los albores, como también se impuso en el último enfrentamiento 1-0 el 15 de noviembre de 2019.
Con toda esa antesala de batallas a muerte, será muy difícil presagiar o lanzar un favorito de cara al choque sabatino.
Brasil disfrutará de la localía en el mítico Maracaná, donde la historia de grandes momentos no le ha sido agraciada. Precisamente con esa mentalidad de destierro saldrán a la grama, guiados del astro Neymar, un diez que verdaderamente se ha colgado los galones y tirado de su once en la actual versión.
Argentina tiene el santo y seña de Lionel Messi, el hombre que desde su debut en 2007 ha marcado una era, acuñada con un mazo de 13 goles y 17 asistencias en extremo contundente, tanto que el peruano Paolo Guerrero, su más cercano perseguidor en dicho lapso exhibe 18 (14-4).
Dos diez, dos de los mejores jugadores del universo fútbol cara a cara, sedientos, con deudas y la urgencia de alzar un trofeo. Dos selecciones que en la cancha se odian hasta la médula, y que como tal buscarán derrumbar al otro, en el caso de Brasil ansioso de refrendar su cetro, Argentina pretendiendo alzarlo desde aquella última ocasión en 1993.
La llegada al Maracaná
Pudiéramos decir, a tenor con lo visto hasta este minuto, que ambos planteles aún no han mostrado su mejor rostro futbolístico. A la dependencia de sus puntales, se le suman otras variables.
Brasil, nominalmente superior a todos los rivales enfrentados, sufrió para derrotar a Colombia 2-1 con ese gol de Casemiro en un minuto diez de descuento de escándalo. Aún me pregunto qué me perdí para que colocaran semejante prórroga.
Luego empató a uno con Ecuador, y en la fase de muerte súbita pasó con lo justo e idénticos 1-0 sobre Chile y Perú, partido este último en el cual se vieron sin demasiados argumentos, más allá de flashazos de individualidades, ante una selección peruana muy ordenada y seria en todos los sectores de juego.
Si bien el gol, producto de una combinación magistral de Ney con Paquetá, deleitó a adeptos y detractores, los de Tite hace mucho no se asemejan al jogo bonito y su apuesta es por un fútbol pragmático, vertical y efectivo. Justo reconocer que en las últimas presentaciones han intentado rescatar en alguna medida ese romance con el toque.
Argentina y ¡San Emiliano Martínez!
¡Qué olfato! Que hemisferio izquierdo prodigioso el del meta albiceleste Emiliano Martínez. Algo así como ni raya, ni hija de raya… ni nieta de raya le aplicó “El Dibu” a los cobradores colombianos que decidieron disparar sus penales hacia ese lado.
Convirtiéndose en el segundo portero que detiene tres penaltis en una tanda de Copa América. Le antecedió el mexicano Adolfo Ríos contra Ecuador en 1997.
El súper héroe con estiradas cruciales, guantes mágicos y paradones sobre Davinson Sánchez, Yerri Mina y Edwin Cardona. Argentina se encomendó a su portero luego del 1-1 en el tiempo reglamentario.
Un partido trabado, con Colombia incluso mostrándose mejor en su juego hasta la inyección albiceleste de nombre Ángel di María.
Una Argentina que sigue acusando desconexión en sus líneas, con Messi de lobo solitario, subiendo en demasía para buscar balones y mandarse a crear con la esférica entre sus botines. Pero no siempre salen los conejos de la chistera y se transforman en goles.
Una Argentina que desperdició una oportunidad dorada hacia el epílogo, con Lautaro solo frente a la puerta y luego di María no muy fino en el rebote.
Errores sucesivos que desencadenaron en esa jugada, sin trascendencia, pues se mantuvo el abrazo a uno en la pizarra.
Con anterioridad los albicelestes, si bien despacharon con holgura 3-0 a Ecuador, tampoco mostraron esa solidez que los coloca como segundos máximos goleadores de dicho certamen (14 títulos), por detrás de Uruguay (15), y siempre aspirante a emerger campeones en competiciones de alto calibre.
Así se darán cita, con Brasil un tanto mejor libra por libra, pero reitero que, en un partido de tamaña magnitud, con dos onces que se conocen hasta más allá de la sombra, habrá que esperar que las voces del Maracaná, digan la última palabra.
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