Berlín bajo pánico por el gas

La crisis del gas en Europa y, especialmente, en Alemania, la "huérfana" de los caudales del gasoducto Nord Stream, podría dejar a millones de alemanes expuestos al frío el próximo invierno, un riesgo que estuvo en el centro de una reunión en Berlín entre el jefe de la Cancillería Wolfgang Schmidt, los representantes de los estados regionales y varios funcionarios ministeriales del ejecutivo de Olaf Scholz.
    
Sobre la mesa de la reunión a puerta cerrada -según informó Bild- estuvo, en primer lugar, el peligro de que la reducción de los suministros haga disminuir la presión en las redes de distribución de metano, provocando que los sistemas de calefacción se estropeen y dejen a "cientos de miles si no millones" de alemanes expuestos a las bajas temperaturas.
    
Los nuevos temores alemanes llegan mientras, en Europa, entró finalmente en vigencia el plan de reducción del consumo de gas, desarrollado tras una complicada negociación por parte de los 27 países.
    
En Alemania, los depósitos de almacenamiento de gas se llenan a toda prisa y ahora estarían en un 70%, pero las incógnitas siguen siendo muchas, sobre todo porque la rusa Gazprom redujo el caudal del Nord Stream 1 a sólo un 20%.
    
Según Mosca, el motivo de la reducción estaría relacionado con las turbinas y su reparación. Una riña, la de las piezas enviadas a reparar en Canadá, que se convirtió en un nuevo motivo de enfrentamiento con los rusos.
    
El propio Scholz, hace unos días, en una rueda de prensa en la fábrica alemana de Siemens Energy frente a la turbina en cuestión, quiso demostrar que está lista para su entrega desde hace tiempo y es Moscú que quiere resolver el problema.
    
Pero Rusia respondió que faltaría documentación, bloqueada por las sanciones.
    
"Todo lo que Moscú dice en este sentido es simplemente falso. Es una excusa para no suministrar gas a Europa", sostuvo, por su lado, la Unión Europea.
    
Lo que es seguro es que los alemanes tendrán que ahorrar tanto como sea posible este invierno.
    
Para alcanzar la reducción del 15% acordada en la UE (que pasa a ser obligatoria en caso de alerta convocada por el Consejo), Alemania tendrá que reducir el consumo de gas en mucho mayor medida que otros países.
    
Según datos de la Comisión Europea, entre agosto y el próximo marzo, los alemanes deberán consumir 10.000 millones de metros cúbicos menos de gas.
    
Aproximadamente, se trataría de una cantidad equivalente al consumo anual de cinco millones de familias de cuatro personas.