ARTE EN LA RED: Ancianos

Dos pinturas de dos épocas y autores distantes. El primero, de la escuela del célebre Pedro Pablo Rubens​ (1577-1640). El segundo, de un cubano, Guillermo Collazo (1850-1896). Dos visiones del arte y un mismo tema. A primerísima vista se pudiera pensar que el mismo personaje. Dos ancianos que parecen encarnar, desde la gravedad de la expresión, el mismo espíritu.

La primera obra es una probable copia del siglo XVII de uno de los reyes de La adoración de Rubens. El segundo pudiera ser el retrato de una persona común. Y sin embargo, a estos dos personajes los une la dignidad de la edad provecta. Y la blancura del cabello y de las barbas se erige en marca distintiva.

Algunos le otorgan a la vejez una carga de resignación y un signo trágico que tantos viejos alegres y optimistas se han encargado de matizar. Pero tanto o más que dolor y pena, en estas dos obras hay autoridad. La que da el camino recorrido. El respeto que no se necesita imponer. El valor de los años, que es atemporal.