7 oficiales de policía acusados de muerte de automovilista de Los Ángeles captados en video

Siete oficiales de la Patrulla de Carreteras de California y una enfermera fueron acusados de homicidio involuntario el miércoles en relación con la muerte de un hombre que gritó: "¡No puedo respirar!" mientras intentaban sacarle sangre, dijeron los fiscales.

Se sospechaba que Edward Bronstein conducía en estado de ebriedad en 2020 cuando fue detenido y luego murió bajo la custodia de CHP en la estación de Altadena de la agencia.

Los seis oficiales y un sargento que filmaron el encuentro mortal con Bronstein fueron acusados de homicidio involuntario y asalto bajo el pretexto de la autoridad, según el Distrito del Condado de Los Ángeles. Abogado Jorge Gascón. Una enfermera que atendió en la escena también fue acusada de homicidio involuntario, dijo Gascón.
 
“Estos oficiales tenían un deber legal con el señor Bronstein”, dijo Gascón al anunciar los cargos. “Él estaba bajo su custodia… y su fracaso fue criminalmente negligente”.
 
Los oficiales acusados fueron el sargento. Michael Little, Dionisio Fiorella, Dusty Osmanson, Darren Parsons, Diego Romero, Justin Silva y Marciel Terry. La enfermera fue identificada como Arbi Baghalian.

 
No quedó claro de inmediato si alguno de ellos tenía abogados defensores o cuándo se llevarán a cabo los cargos. Los oficiales no han sido arrestados y se espera que se entreguen, según Tiffiny Blacknell, directora de comunicaciones de la oficina del fiscal de distrito.
 
Gascón se negó a responder preguntas de los reporteros y salió de la habitación después de reproducir un video del incidente fatal.
 
Los cargos se presentan casi tres años después de la muerte de Bronstein, de 38 años, residente de Burbank. Un video publicado como parte de una demanda civil el año pasado muestra los últimos momentos desesperados de Bronstein, gritando "No puedo respirar" mientras los oficiales luchan con él y tratan de sacarle sangre a la fuerza después de que un vehículo lo detuviera y arrestara en marzo de 2020.
 
Bronstein fue detenido por Osmanson en la Autopista 5 bajo sospecha de conducir bajo la influencia y llevado a la estación de Altadena. Una vez allí, los oficiales intentaron sacarle sangre para medir su nivel de alcohol, pero él se negó.
 
En un video de 16 minutos grabado por Little, que Gascón mostró en la conferencia de prensa del miércoles, se puede ver a Bronstein arrodillado en el suelo mientras un oficial enguantado presiona sus manos sobre sus hombros y un oficial que está fuera de cámara le indica a Bronstein que cumpla con una extracción de sangre ordenada por un tribunal.
 
Después de un largo ir y venir, Bronstein grita que cumplirá con las demandas del oficial. Pero luego se puede ver a otros oficiales rodeándolo y sujetándolo con el peso de su cuerpo mientras grita angustiado repetidamente.
 
“¡Lo prometo, lo prometo!” Se puede escuchar a Bronstein suplicando, pero un oficial respondió que era “demasiado tarde” mientras continuaba presionando a Bronstein. Después de casi un minuto de estar inmovilizado, Bronstein dice: "¡No puedo respirar!" mientras se lleva a cabo la extracción de sangre.
 
Aproximadamente un minuto después, Bronstein se relaja y deja de responder a los oficiales, según el video. Se puede ver a los oficiales tratando de revivirlo. Uno lo llama por su nombre y le da una palmada en el costado de la cabeza mientras permanece boca abajo en el suelo. Pero pasan varios minutos antes de que los oficiales intenten administrar oxígeno o resucitación cardiopulmonar.
 
Se puede ver a alguien revisando repetidamente el cuello y las muñecas de Bronstein en busca de pulso, pero ningún oficial parece reaccionar con urgencia. Se puede ver a una persona jugueteando con los viales de sangre extraídos de Bronstein mientras su cuerpo yace boca abajo.
 
“La principal prioridad de nuestra agencia es proteger la seguridad y el bienestar de todos los californianos, y me entristece que el Sr. Bronstein haya muerto mientras estaba bajo nuestra custodia y cuidado”, dijo el comisionado de CHP, Sean Duryee, en un comunicado. “Cualquier muerte bajo custodia es una tragedia que nos tomamos con la mayor seriedad. Reconozco que este caso ahora pasará por el sistema judicial y respeto el proceso judicial”.
 
Los siete oficiales están en licencia administrativa, según un portavoz de la agencia.
 
Ed Obayashi, ayudante del alguacil del norte de California y experto en uso de la fuerza, dijo que no le sorprenden los cargos contra los agentes. “Este es un delito menor de bajo nivel. ¿Por qué los oficiales considerarían usar tal fuerza?” preguntó.
 
“Su uso de la fuerza aquí violó el entrenamiento básico y la ley. El sospechoso de DUI no se resistía, estaba tratando de respirar”, dijo. “Si usas este tipo de peso en un cuerpo, es predecible una muerte o lesiones graves. Esta es una fuerza letal de facto”.
 
Según fuentes familiarizadas con la investigación pero no autorizadas para discutirla, los fiscales creen que la enfermera actuó con negligencia criminal al no brindar atención médica adecuada a Bronstein.
 
Un informe de la oficina forense del condado de Los Ángeles no pudo determinar de manera concluyente la causa de la muerte de Bronstein, pero la atribuyó a “intoxicación aguda por metanfetamina durante la inmovilización por parte de las fuerzas del orden”.
 
Luis Carrillo, el abogado de la familia Bronstein, dijo que solo había un “rastro” de metanfetamina en el sistema de la víctima y argumentó que las acciones de los oficiales fueron la causa principal de la muerte. Bronstein conducía con un contenido de alcohol en sangre de 0,07% en el momento del incidente, por debajo del límite legal, según Carrillo.
 
Carrillo le dijo previamente a The Times que el video no era parte del protocolo habitual de CHP y fue filmado por un sargento. Aunque los autos de CHP tienen cámaras en el tablero, los oficiales no usan cámaras corporales.
 
“Sospecho que filmaron esto con fines de entrenamiento y luego se dieron cuenta de que tenían que revelar su existencia”, dijo.
 
Edward Tapia, el padre de la víctima, dijo que su hijo no tenía problemas de abuso de sustancias y que era un pandillero reformado que quería trabajar como mecánico de aviones. Estaba trabajando en el taller de carrocería de su padre en el momento de su muerte. Tanto Tapia como Carrillo dijeron que si bien creían que Gascón debería haber presentado cargos de asesinato en segundo grado, estaban felices de ver que alguien rindiera cuentas.
 
“Me alegro de que hayamos llegado a este punto para que [los oficiales] no puedan lastimar a nadie más”, dijo Tapia. “Extraño mucho a mi hijo pero… no sé qué más decir. Creo que cuando veas el video lo entenderás”.