Andy Cruz: Un “matador” 360 de puños de acero (+VIDEO)

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Andy Cruz: Un “matador” 360 de puños de acero (+VIDEO)
Fecha de publicación: 
16 Octubre 2019
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Difícil resulta hablar de un púgil capaz con 24 años de ser doble campeón mundial y panamericano, considerado uno de los mejores libra por libra dentro del panorama boxístico actual, y con un impresionante palmarés que incluye 100 victorias y solo ocho derrotas desde que el 8 de julio del 2011 debutara ante Jorge Altunaga con sonrisa en el ámbito doméstico.

Se trata de Andy Cruz (12 de agosto de 1995), a quien el apodo de “el matador” le queda como anillo al dedo.

Las condiciones en que se produjo el estreno por la puerta ancha de Andy realmente tuvieron un matiz de mucha presión. Y lo digo refiriéndome a la categoría mayor, en un torneo de envergadura como los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, nada más y nada menos que asumiendo el puesto que ocupara Robeisy Ramírez en los 56 kg.

Por eso verlo alzar la corona, luego de doblegar al dominicano Héctor Luis García el 24 de julio de ese año, le produjo una satisfacción doble a su colectivo técnico, y millones de cubanos expectantes sobre un posible resultado.

El propio Andy habla de ese palmarés como algo determinante en el futuro de su carrera boxística.

Hace menos de un mes su consagración definitiva estuvo marcada por el segundo cetro universal en línea en el Mundial de Ekaterimburgo. Allí hizo hincar las rodillas por tercera ocasión en lo que va de año al fogoso estadounidense Keyshawn Davis, su víctima en el clasificatorio de Managua, la final de los Panamericanos de Lima, y la mencionada definición mundialista.

Considerado uno de los mayores talentos emergentes del pugilismo en la nación de las barras y las estrellas, el norteño no ha podido descifrar a Andy, quien se ha mostrado superior en toda la línea y distancias, sobre todo en los últimos dos duelos.

Respecto a ese último pleito en cuadriláteros rusos, el yumurino Cruz, con impresionantes 21-1 este año, le expresó al colega Roberto Ramírez:

“Esta vez se mostró más cauteloso, cambió su plan táctico a partir de que los anteriores no le resolvieron, pero eso me dejó hacer más cosas y de ahí salió el resultado. En el tercer asalto salí a buscarlo más, para demostrar que podía superarlo en cualquier distancia”.

Las virtudes de Andy son incuestionables. A sus 1.68 metros de estatura y 64 kg de peso añade el hecho de ser un “camaleón” cuando calza los puños, capaz de desdoblarse con efectividad quirúrgica en cualquier distancia, moldeable a las exigencias de cada uno de sus oponentes y con un jab taladrador sumamente certero.

¿Claves en ese desempeño?

“Dicen que la repetición es la madre de la enseñanza. Cuando entrenas mucho un elemento, llega el momento en que se te da o sale solo. El jab constituye uno de mis principales recursos, aunque suelo combinarlo con opers y swines en busca de combinaciones efectivas.
El trabajo individual al final de cada sesión es crucial. La carrera y la suiza están entre mis ejercicios favoritos, así como la soga. Trato de llevar a la par la movilidad y la fuerza de golpeo, pues es una división en que ya los golpes se comienzan a sentir. Si enfrentas a los rivales y estos no se sienten tus golpes, es como si no estuvieras haciendo nada.

Considero que los sparrings con Julio César La Cruz, Lázaro Álvarez y Roniel Iglesias son bastante provechosos para mí. Cada uno tiene su estilo peculiar de pelea, los aprovecho y así contribuyen a que me convierta en un boxeador más completo. Siempre intento seguir al pie de la letra las indicaciones de los entrenadores y hasta ahora eso me ha rendido frutos.

Muchos creen que mi estilo es similar al de Julio y de alguna forma es cierto: me gusta esquivar, que no me golpeen cuando entro a conectar. Esa filosofía y la riposta como estilo de pelea más provechoso, me han llevado también a ser un boxeador que no ha sufrido lesiones severas” …

Otro indicador positivo cuando escala al encerado es el hecho de que por lo general les saca ligera ventaja a sus adversarios en cuanto a talla se refiere. Eso lo coloca en posición de privilegio respecto al combate desde la larga distancia, aunque para ser justos, Andy puede ser un fajador temible en el cuerpo a cuerpo sin tamaño desgaste. Velocidad de puños, esquivas vertiginosas y técnica depurada en golpeo y defensa, lo complementan.

Imaginen la magnitud de su calidad que entre el 18 de diciembre del 2015 y el 20 de abril de este 2019, Andy eslabonó una cadena de 48 sonrisas sin conocer la derrota.

Kevin Brown y el francés Sofiane Oumiha, fueron los respectivos responsables de esos deslices.

Lo cierto es que, con cartas credenciales en constante ascenso, y la cima de los 64 kilogramos tomada por derecho propio desde hace casi tres temporadas Andy Cruz trabaja por un objetivo supremo desde hace buen tiempo: lograr su primer cetro olímpico. Tokio, a juzgar por su curva evolutiva, se pinta como ese posible momento clímax en su carrera deportiva.

De hecho, de seguro está a la vanguardia en el listado de 41 deportistas candidatos a preseas que tiene visualizados la dirección de Alto Rendimiento del Inder. Con ellos se trazarán estrategias de preparación especiales, que pasen por la posibilidad de realizar bases de entrenamiento o establecer campamentos en China o hasta el propio Japón, en aras de lograr la mayor adaptación posible a la diferencia de horario, y otras cuestiones de índole climatológica, alimenticia, de respuesta biológica y física…

De cualquier manera, el “matador”, que de seguro estará nominado entre los mejores deportistas del 2019 en Cuba, y quien ya fuera el más encumbrado el año precedente, seguirá trabajando en pos de estar listo, tener sus puños a punto, para cuando las tierras del Sol Naciente demanden sobre el ring el concurso de sus modestos esfuerzos.

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