Yelsy Heredia en los Grammy: sonido de Guantánamo para el mundo
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Heredia es uno de los tantos músicos excepcionales que ha dado la Villa del Guaso, y quien desde la diáspora defiende sus raíces y al bicentenario changüí, cadencioso género montuno que promete hoy conquistar al mundo.
Y así llega esta reliquia del folclor cubano a la codiciada lista de nominados de la Academia Latina de la Grabación: de la mano del fonograma Lo Nuestro, de Yelsy, instrumentista de sólida formación académica recibida en escuelas de música de la Isla, con una carrera brillante ligada a la fusión de ritmos cubanos con el flamenco, el jazz, y especial evocación al sonido de su tierra guantanamera.
Esta es la cuarta producción discográfica del talentoso contrabajista, la firma el sello Bis Music y compite en la categoría de Mejor Álbum Tropical Tradicional en esta vigésima edición de los premios Grammy Latinos, certamen que, según su sitio digital, seleccionó —por votación de creadores de música en todo el mundo— a variedad de artistas consolidados y noveles, de entre aproximadamente 15 mil 500 inscripciones en 50 categorías.
Desde el primer número musical, que da nombre a su disco y entona «vamos a cuidar lo nuestro, que lo de afuera es presta’o…», Yelsy Heredia invita a preservar la tradición sonora y, con ello, la identidad cultural, idea que ha defendido desde sus iniciales discos: Guantánamo Changüí (2010), Recovecos (2013) y Camino a Maisí (2014), que reverencian todos a su terruño y han marcado la consolidación de su estilo.
Tal como detalla la web del artista, su más reciente propuesta la integran 10 temas que transitan por el changüí urbano, el bolero-son, el bembé, la guaracha, el nengón, la conga, y cuenta con la colaboración de otros renombrados cubanos, como los cantantes Kelvis Ochoa y Daymé Arocena, y sus coterráneos del Guaso: Celso Fernández «El Guajiro» —changüisero puro—, y el joven pianista Ernesto Oliva.
Se trata de una propuesta bailable, llena de color, que da continuidad estética a la tríada anterior, donde la tradición es traída a la contemporaneidad y el contrabajo exhibe sus potencialidades como instrumento «tumbeador» y depurado descendiente de la ancestral marímbula, soporte rítmico y tonal del tradicional changüí, nacido en el siglo XIX en las montañas del oriente cubano.
De la presencia de Yelsy y esta sonoridad en los Grammy, José Cuenca, uno de los musicólogos que más conoce de ese género en Cuba, dijo a la ACN que es ideal para seguir difundiendo la valía de los músicos guantanameros y de la antiquísima expresión de origen campesino, declarada Patrimonio Cultural de la Nación y aspirante a la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Cuenca señaló que la incursión changüisera en el importante certamen viene a tono con el actual contexto de revitalización que vive el ritmo en el panorama musical cubano e internacional, y su vigencia no solo en sus puros exponentes, sino también en noveles que lo recrean desde miradas modernas y otras zonas musicales, como la trova, el rap, el jazz y hasta el género clásico.
«El changüí puede ser la llave que abra a Guantánamo la puerta al mundo», apunta el estudioso, y comenta que, en los últimos tiempos, en el ámbito internacional se han interesado en esta sonoridad músicos de la talla de Juan Luis Guerra y el cantaor flamenco Diego El Cigala, quien ha «changüiseado» con éxito desde su estilo, interpretando una obra del contrabajista guantanamero, integrante de su grupo.
Este instrumentista de referencia en la actualidad —dijo— toma el acertado camino de lo autóctono para conquistar lo universal; su música sabe a changüí de vanguardia, es memoria, añoranza, respeto a los orígenes; se apropia de rasgos de tradiciones rurales centenarias, las actualiza, y como dice de él El Cigala, «tiene algo propio que decir».
La investigadora local Yaremi Estonel, otra estudiosa del tema, en intercambio con la ACN, reflexionó en cómo, desde la diáspora, músicos guantanameros como Yelsy —quien reside hace dos décadas en España— se mantienen aferrados a sus raíces y han hecho de su identidad musical una coraza indestructible, trazando una huella en el panorama musical
contemporáneo.
Su trabajo llena de orgullo a sus conciudadanos y, al adentrarse desde su estética en las más arraigadas tradiciones, expresa el deseo de acercarse espiritualmente a su origen, tomando la música como el puente que hace más próximo este encuentro, y blandiendo al changüí, que desde donde quiera que se defienda, ya sea desde la Isla o la diáspora, nos representa identitariamente, señaló Estonel.
El propio Yelsy ha comentado en varias ocasiones: «Con Lo Nuestro, más que nunca aflora en mí el sentimiento de pertenencia a mi terruño (…). Hago el esfuerzo de convencer e ilusionar a todos llevando a Guantánamo por bandera (...). Donde voy digo alto que soy guantanamero, para que se aplauda nuestra tradición, que tanto ha influido en los géneros cubanos».
Vía Internet, en audio para la emisora CMKS, el prolífico compositor saludó a sus paisanos, recordó su vecindad de la calle Aguilera entre Uno y Dos oeste, compartió su alegría por el reciente reconocimiento de la Academia Latina de la Grabación, y tarareó parte del estribillo de Lo Nuestro.
Junto a este músico compite esta vez por el galardón al Mejor Álbum Tropical Tradicional otra figura nacida en la Mayor de las Antillas, la cantante Aymée Nuviola, en tanto otros de la Isla pugnan por otras categorías. La ronda final de votación para seleccionar a los ganadores iniciará este tres de octubre, y se revelarán los resultados el 14 de noviembre, en la Premiere del Latin Grammy y en la ceremonia de Entrega Anual.
En 2018 Yelsy envió una de sus obras al concurso de creación del Festival Nacional del Changüí. No pudo asistir en persona, pero su pieza, defendida por Celso Fernández, prestigió el evento y se alzó con premio. Coincidentemente, a este capítulo a la Villa del Guaso concurrió «la Nuviola», quien dijo no querer perderse el rumbón y regaló una actuación en la Casa dedicada al género.
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