El mejor de los comienzos
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¿Cuántos de los jóvenes cubanos que este septiembre empezaron por primera vez su vida laboral tuvieron el mejor de los comienzos?
La interrogante viene al caso luego de darse a conocer el recibimiento ofrecido por el presidente cubano Miguel Díaz- Canel a quienes este mes empezaron a trabajar en el Palacio de la Revolución como recién graduados.
En la mañana del viernes 6, el presidente cubano, entre otras ideas sobre el asunto, dejó anotado en su Twitter: “En ellos confiamos y de ellos esperamos mucho aporte”.
Resulta realmente estimulante y a la vez un ejemplo a seguir el recibimiento que les diera el presidente y también su mensaje. Si él, tan ocupado y lleno de responsabilidades, dispuso de un tiempo para estos muchachos, es probable que otros también puedan hacerlo.
De todas formas, mejor confiar en que de los 17 mil 800 estudiantes que concluyeron sus estudios universitarios este verano y recibieron ubicación laboral - según informó el titular de educación superior José Ramón Saborido-, la mayoría haya sido bienvenido al centro de trabajo donde inició su vida laboral.
No hay que decir la importancia de que estos primeros días, y, sobre todo, el resto del año, esos recién graduados tengan una atención permanente, sistemática, por parte de tutores, de sus superiores y, en general, de sus compañeros de trabajo y de los directivos todos de su centro de trabajo.
Felizmente, a los acabados de graduar este septiembre se añaden, en los centros laborales, los estudiantes del último año de la carrera, cerca de 14 mil, que igual han sido ubicados como parte de su ejercicio académico.
Qué bien pensada esta novedad, por primera vez puesta en práctica por el Ministerio de Educación Superior (MES) cubana. De esta forma, los futuros licenciados e ingenieros podrán familiarizarse con el tiempo suficiente con sus futuros empleadores.
A la vez, tendrán también la posibilidad de elaborar sus tesis de diploma a partir de las necesidades, del banco de problemas, del que será su centro de trabajo. Una excelente manera de continuar vinculando la ciencia a la realidad económica del país, como ha exhortado Díaz-Canel.
De igual forma, en la medida en que esas tesis se relacionen con realidades concretas, productivas o de servicio, los jóvenes autores de esas investigaciones podrán ver su concreción en la práctica y así sentirse estimulados, constatar la utilidad de su indagación, y, sobre todo, de su carrera.
Es la Resolución 29/19 del MES, aprobada no hace mucho, la que legalmente ampara estas decisiones. De acuerdo con la misma, y según fue informado por la prensa, cada curso se publicará el plan de asignación de graduados en el mes de julio del último año de la carrera.
De esa forma, los directivos dispondrán hasta el 15 de octubre para garantizar plaza a cada futuro egresado.
René Sánchez Díaz, director de Ingreso y Ubicación Laboral del MES, aclaró en conferencia de prensa que el tiempo del servicio social de los egresados no varía de acuerdo a esta nueva disposición, que responde a demandas recogidas en el IX Congreso de a FEU, el año pasado.
Desde los años 70, Cuba es el único país del mundo –según ratificó Sánchez Díaz- que garantiza una plaza laboral a cada uno de los graduados del curso regular diurno.
A partir de esa realidad, sería interesante indagar cuántos de los que en la actualidad obtienen su título como profesionales cumplen con su período de servicios social revirtiendo en bien del país lo que este invirtió en su formación universitaria.
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