De la Liga de las estrellas... a la Liga de la recesión
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De la Liga de las estrellas a la Liga de la recesión. Así se define ahora al torneo español, que comienza este sábado marcado por la bancarrota, las deudas, la ausencia de fichajes y la máxima austeridad.
Ni siquiera los todopoderosos Real Madrid y Barcelona escaparon de la crisis.
Por primera vez desde que Florentino Pérez es presidente, el Real Madrid comienza la temporada con un balance positivo en su cuenta: vendió y no compró.
Aunque es verdad que se da por hecho el fichaje del croata Luka Modric, éste sería su único refuerzo para la temporada. Pero si antes de que llegue septiembre logra vender a Kaká, como pretende, todavía podría comenzar la campaña con superávit.
De momento, el fichaje más caro en el fútbol español es el del lateral español Jordi Alba, por quien el Barcelona pagó 14 millones de euros (17,3 millones de dólares) al Valencia.
Según datos facilitados por el Gobierno español, la deuda acumulada de los clubes de la primera categoría del fútbol español al conjunto de acreedores supera los 3.500 millones de euros (cerca de 4.330 millones de dólares). Sólo al fisco le deben 750 millones de euros (927 millones de dólares).
Nadie escapó a la crisis. Por ejemplo, el Atlético de Madrid no pudo retener al brasileño Diego y el Valencia vendió a Alba.
Pero ningún caso es más significativo que el del Málaga, un equipo de Liga de Campeones en venta. Y sin comprador de momento.
El jeque Al-Thani decidió deshacerse del club y de sus principales activos un solo año después de desembarcar en Málaga y de ser aclamado por la misma afición que ahora se siente tan decepcionada. Los "petrodólares" se esfuman.
Ahora el jeque no paga sueldos, vende a sus mejores futbolistas (Santi Cazorla y el venezolano José Salomón Rondón) y los trabajadores del club no saben qué futuro les espera.
Mañana, con sólo 19 fichas profesionales, arranca la temporada un equipo que la próxima semana juega la previa de la Liga de Campeones.
Otro dato habla bien claro de lo que sucedió en el fútbol español. Real Madrid y Barcelona invirtieron en sus respectivos equipos filiales, ambos en segunda categoría, más dinero que una decena de clubes de Primera División.
Los dirigentes, en su afán por cumplir las órdenes del Gobierno español, utilizaron la imaginación para comprar al menor precio posible y abundaron las cesiones y los fichajes a coste cero.
Además, los futbolistas españoles emigran. Y no sólo porque fuera pagan más por ellos, sino porque en clubes foráneos tienen más posibilidades de cobrar al día.
Un ejemplo: el internacional español Cazorla. El Real Madrid ofreció hace dos años 20 millones de euros (24,7 millones de dólares) al Villarreal y hace una semanas el Arsenal inglés lo compró al Málaga por 15 millones de euros (18,5 millones de dólares).
De paso, Cazorla se asegura cobrar su sueldo cada mes, algo que no consiguió en Málaga.
Otro caso es el de Javi Martínez. Pretendido por Barcelona y Real Madrid, es muy probable que el Bayern Múnich se lo lleve al pagar 40 millones de euros (casi 500 millones de dólares), su cláusula de rescisión de contrato. Inabordable para los dos clubes españoles más poderosos, pero asumible para el equipo alemán.
En apenas unos años, se ha pasado de la Liga de las estrellas a la Liga de la recesión. Reflejo de lo ocurrido en el país durante los últimos tiempos: se gastó más de lo que se tenía y ahora toca sobrevivir como se pueda y pagar lo que se debe.
Mientras, la penuria económica del fútbol español no hace sino aumentar todavía más las distancias entre Real Madrid y Barcelona y el resto.
"Todo el mundo tiene que pagar y el que más tiene, más. Tenemos que buscar el equilibrio. El que lo encuentre saldrá adelante; y el que no, más pronto o más tarde caerá", sentenció Fernando Roig, presidente del Villarreal, hoy equipo de segunda división.
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