Diario califica de vergüenza la prisión de EE.UU. en Guantánamo
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Un editorial publicado por ese medio, el mayor periódico en español de Estados Unidos, califica también a esa cárcel como una afrenta a los derechos humanos y 'un capítulo vergonzoso de la Guerra contra el Terrorismo que debe cerrarse de una vez por todas'.
El medio con sede en Los Ángeles, California, criticó la idea de que haya crímenes tan horribles que merezcan ser castigados con décadas de encierro, a pesar de no haberse declarado la culpabilidad del acusado.
La Suprema Corte de Justicia pudo intervenir en el caso del yemení Moath Hamza Ahmed al Alwi, detenido en Pakistán en diciembre de 2001, señaló el editorial, pero indicó que los magistrados rechazaron el caso.
El juez Stephen Breyer escribió que en algún momento el alto tribunal tiene que decidir 'si el Congreso autorizó y si la Constitución permite la continua detención dada la duración y otros aspectos relevantes al conflicto', citó el diario.
De acuerdo con el periódico, es lamentable que los jueces se nieguen a intervenir. 'Esta no es la primera vez que le llegan casos procedentes de Guantánamo. En 2008 la Suprema Corte determinó que los presos tienen el derecho legal de ir ante el juez a desafiar la legalidad de su detención y solicitar su liberación'.
Sin embargo, la publicación indicó que durante los últimos 10 años el máximo tribunal del país rechazó subsecuentes apelaciones de los detenidos.
Añadió que los procesos judiciales autorizados por la Suprema Corte hoy están paralizados por las disputas ante la negativa del Gobierno de proveer a la defensa documentación secreta, frente a testimonios obtenidos con la tortura.
Los ataques terroristas del 2001 desencadenaron acciones, leyes y decisiones al calor de las emociones. Uno de ellos fue la base naval de Guantánamo para encerrar a los 'peor de lo peor'. La idea era tenerlos en un limbo legal, sin derechos ni protección alguna. Ya es hora de asumir la responsabilidad, apuntó La Opinión.
Recordó que el expresidente Barack Obama (2009-2017) quiso cerrar el lugar, pero el Congreso se negó a traer a los prisioneros a Estados Unidos, mientras la administración del actual mandatario, Donald Trump, 'extendió la vida de la prisión por 25 años más y trató sin éxito llevar a la base a los detenidos del Estado Islámico'.
La cárcel, inaugurada el 11 de enero de 2002 por orden del entonces presidente republicano, George W. Bush (2001-2009), representó desde su apertura otro capítulo oscuro en la historia de una base naval que permanece hace más de un siglo en territorio cubano contra la voluntad del pueblo y Gobierno de la isla.
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