Copa del Mundo de lucha libre: Lecturas con el colchón humeante (+VIDEOS)
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El saldo de los nuestros fue idéntico al de la edición precedente, con los rendimientos individuales desglosados de la siguiente forma:
Reineris Andreu (57 kg): 2-2; Yowlys Bonne (61 kg): 3-1; Alejandro Valdés (65 kg):0-4 NO COMPITIÓ POR LESIÓN; Franklyn Marén (70 kg):2-2; Cristian Colombat (debutante-74 kg): 0-4; Reinier Pérez (debutante-79 kg), y Yurieski Torreblanca (86 kg):1-3; Lázaro Hernández (92 kg), Reineris Salas (97 kg), y Oscar Pino (125 kg): idénticos 3-1.
Luego de recibir una lección por parte de los rusos1-9, similar al 2-8 del estreno versus Azerbaiyán en Iowa-2018, los nuestros se repusieron para desbancar a los turcos (6-4), igualar a cinco con Japón (5-5), y en el epílogo, por la discusión del quinto escaño disponer 6-4 de Mongolia.
En esa igualada los nipones salieron mejor parados 44-43 en el balance de puntos del duelo, por lo que una vez más accedieron a la discusión del bronce, en tanto frente a los rusos únicamentes Bonne pudo sacar un triunfo (5-5) contra Zelimkhan Abakarov , mientras el camagüeyano Lázaro Hernández, amén de ceder 7-9, brindó fuerte oposición a Magomed Kurbanov.
Varias lecturas deja lo acontecido en Yakutia. Lo primero es que Rusia continúa siendo la principal potencia de la lucha, tanto en el estilo libre como en el grecorromano. En ese entorno de élite los gladiadores antillanos mantienen su prestigio, máxime si tomamos en cuenta que Alejandro Valdés y Geandry Garzón, principales cartas en los 65 y 74 kg, respectivamente, y con aval de medallas a todos los niveles, no pudieron pugnar producto de lesiones.
Hablamos de ocho derrotas pues a las cuatro de Calabaza Valdés (en Iowa compiló 3-1 con éxitos por superioridad técnica y pegada) por no presentación, se adiciona la barrida recibida por el novel Colombat.
Del resto, solo Pérez y Torreblanca tuvieron performances negativos, ciertamente por debajo de sus potencialidades reales. Destacable el regreso sólido de Reineris, “el gimnasta” Salas al máximo rigor competitivo en los 97 kg.
Otra variable notoria es el hecho de que el propósito competitivo del estilo libre en Lima es agenciarse tres coronas, objetivo escabroso si se toma en cuenta que a Estados Unidos en calidad de principal escollo, se sumarán gladiadores de empuje de otros países de América.
El campeonato Panamericano de Buenos Aires, Argentina (18-21 de abril, constituirá un medidor previo más puntual a este lado del Atlántico, en un año crucial, pues a la vuelta del Mundial de Astaná (14-22 de septiembre) estarán en juego seis boletos por división para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Un aparte con Oscar Pino
Había una expectativa elevada sobre su posible estreno ante los mejores gladiadores del estilo libre. De hecho, el grequista capitalino doble medallista universal de los 130 kg, luego de su tropiezo inicial vs. el ruso Zelimkhan Khizriev (0-10, ST), se mostró contundente al hincar las rodillas del turco Abdullah Omac (8-1), el nipón Katsutoshi Kanazawa (9-0, ST) y el georgiano Khuderbulga Dorjkhand (5-2).
Sin haber retornado aún CubaSí dialogó con el capitalino de 25 años de edad vía Facebook:
“Tuve que hacer un gran esfuerzo, como sabrás es la primera vez peleo de forma oficial en el estilo libre y no fue para nada fácil. Necesité mucha concentración para lograr el resultado favorable de tres victorias y solo una derrota”.
En el colchón: ¿qué fue lo más complejo? ¿Defender, técnicamente adaptarte a las situaciones del estilo libre?
“La primera pelea fue el bautizo. Abrimos duro contra Rusia, la principal potencia en la lucha. A lo mejor si hubiéramos iniciado con otro rival el resultado con Rusia no hubiese sido ese tan desproporcionado. Adaptarse a las posiciones fue difícil pero después que tomé confianza llevé a los rivales a mi estilo y eso me dio más oportunidad de victoria”.
¿Ese estilo se tradujo en salir a forzar arriba?
“No es un secreto para nadie que no soy librista y eso me daba desventaja por que todos los adversarios me entraban a las piernas rápidamente. Entonces busqué forzar arriba, llevarlos a que “grequearan” y eso los perdía un poco, los desconcertaba. Eso, la intensidad, y sobre todo estar relajado todo el tiempo. Eso me hizo disfrutar más la competencia, salir al colchón en cada presentación con posibilidades de triunfo y enfoque. Estrategia con un poco de maña que funcionó de maravilla”.
¿La comunicación con Mendieta y la esquina?
“Muy buena. Alcanzó a darme la soltura para que no me preocupara por las piernas y así hacer mi trabajo. Cuando lo hice siempre vi a los rivales atacar y eso me daba tiempo a echar las piernas atrás, defender y buscar alguna opción de contraataque”.
De cara al Panamericano del deporte, ¿continuarás incursionando a tono con la estategia en Lima y el Mundial?
“Ya eso es decisión de la Federación y los entrenadores... Cuando lleguemos a Cuba ellos hablarán conmigo y me dirán sus opiniones, a tono con el rendimiento evidenciado”.
Teniendo en cuenta tu experiencia, ¿crees estar apto para enfrentar a los hombres de la élite de tu categoría en el estilo libre?
“No voy a ser entusiasta. La élite está dura, pierden y ganan entre ellos. Tendría que entrenar muchísimo y las personas valorar el resultado no en el Panamericano, si no en los Juegos Olímpicos si en definitiva la Federación Cubana me da la posibilidad de continuar asistiendo a los eventos que restan del ciclo. Siento que tengo que aprender mucho aún para convertirme en un librista de cuidado”.
Cerramos con la actualización histórica de estos certámenes, con albores en la urbe estadounidense de Toledo en 1973, y que arroja que las legiones antillanas atesoran un cetro (Taskent-2005), tres platas, y siete bronces. El último referente fue el cuarto escaño de suelo estadounidense, en tanto la última comparecencia al podio ocurrió cuando se agenciaron el subtítulo en Vladikavkaz, Rusia 2008.
Los restantes países capaces de colgarse el vellocino al cuello en esta lid por colectivos han sido la extinta Unión Soviética (15), Estados Unidos (14), Irán (8), Rusia (6), y Azerbaiyán (2).
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