Los Juegos Olímpicos de la crisis
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De una previsión inicial de 2.400 millones de libras, Londres 2012 costará al menos 11.000. La falta de inversiones privadas ha hecho que 'el efecto Juegos' afecte sobre todo al contribuyente, mientras que los patrocinadores tendrán exenciones fiscales.
A menos de una semana para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres y con el país en plena recesión económica, la guerra de cifras en torno a costes e ingresos se recrudece. La primera estimación de lo que costaría la aventura olímpica publicada en 2005 hablaba de un total de 2.400 millones de libras (unos 3.000 millones de euros), pero en 2007, la cifra se amplió ya hasta los 9.300 (11.800 millones de euros).
La explicación que dio la Oficina Nacional de Estadística en ese momento es que las inversiones públicas se habían triplicado mientras que las privadas se habían reducido un 2%. Solo las autoridades locales de Newham, donde se celebran la mayoría de las competiciones, habría desviado 40 millones de libras (casi 51 millones de euros) de las arcas municipales para el Estadio Olímpico y 700.000 libras (890.000 euros) para otros proyectos asociados.
Hace apenas unas semanas, el Parlamento desveló que los costes reales asociados a los Juegos rondarán los 11.000 millones de libras (14.000 millones de euros), casi cinco veces más de lo que se dijo en un principio. En cualquier caso, nada parece definitivo ya que la cadena Sky Sports, en un reportaje de investigación, aseguró que los costes podrían alcanzar los 24.000 millones de libras (30.500 millones de euros).
Desde que se iniciara la carrera olímpica, casi todas las críticas se centraron en el gasto público y la Villa Olímpica ha sido el principal foco de la polémica. Gobierno y ayuntamiento de Londres lo presentaron como un proyecto de regeneración urbanística del este de Londres.
La obra de construcción de las instalaciones recayó en la compañía australiana Lend Lease, con un presupuesto que rondaba los 1.000 millones de libras (1.200 millones de euros). Pero con el estallido de la crisis la compañía tuvo que abandonar el proyecto dejando todo el peso de la construcción en el bolsillo del contribuyente.
Posteriormente fueron apareciendo algunas inversiones que muchos consideraron evitables, lo que colmó el vaso de la paciencia de los británicos. El mejor ejemplo de esto es el monumento de Piedras Jurásicas del artista Richard Harris en Weymouth (Dorset), cuyo coste alcanzó las 335.000 libras (426.000 euros).
Asimismo, el fiasco de hace unos días en torno a la seguridad -por el incumplimiento de contrato de G4S, la contrata de la seguridad de los JJOO-, que absorbe un presupuesto de 553 millones de libras (algo más de 700 millones de euros) y un despliegue militar en la capital británica que supera en 4.000 efectivos al dispositivo actual en Afganistán, hizo emerger, incluso, la hipótesis de cancelación por amenaza terrorista.
Ante esa posibilidad, aseguradoras como Munich Re hablan de pérdidas generales de 4.000 millones de euros -el equivalente a los seguros del Mundial de Sudáfrica en 2010-.
Turismo millonario... o no
Asumidos los costes, con mayor o menor desviación, toca mirar el retorno de las inversiones. El primer ministro británico, David Cameron, asegura que los Juegos generarán 13.000 millones de libras (16.500 millones de euros) en los próximos cuatro años. Desde su punto de vista, la apuesta inversora por el evento no debería verse "como un lujo en tiempos difíciles", sino como una oportunidad de "vender Gran Bretaña al mundo".
Rescatando el mismo espíritu de las últimas Olimpiadas de Londres -en 1948, tras la Segunda Guerra Mundial-, el premier reivindicó durante un reciente discurso en la universidad de Loughborough que, "precisamente por encontrarnos en tiempos duros, tenemos que sacar el máximo partido de estos juegos para impulsar el empleo y el crecimiento de la economía". Esa tesis se refuerza con informes como el publicado por Lloyds Bank, que habla incluso de ganancias de 16.500 millones de libras (21.000 millones de euros) y pone el turismo como un pilar básico.
Aunque no todo el mundo considera que Londres 2012 beneficiará al ciudadano medio, sino más bien a un grupo reducido. Una reciente encuesta de la BBC revelaba que el 74% de los británicos no cree que el resto del país, al margen de la capital, vaya a sacar partido a los Juegos, mientras que casi un 60% está convencido de que ha pagado demasiados impuestos para costear el evento.
En este sentido, Moody's tiene la misma opinión, ya que no cree que las cifras ofrecidas por el Gobierno sean exactas. Según la agencia de calificación, Londres 2012 solo supondrá un ligero impulso económico para Reino Unido y, además, parte de él ya ha tenido un impacto en la economía real con los 6.000 millones de libras desembolsados para construir el Parque Olímpico y el resto de las sedes.
Hoteles sin cartel de completo
Otro sector que tampoco está del todo contento es el turístico. La Asociación de Tour operadores Europeos calcula que Londres tiene una capacidad hotelera en torno a las 125.000 habitaciones, de las que cerca de 40.000 habrían sido bloqueadas por el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos (LOCOG), reservándolas a precios rebajados para miembros (y familiares) de los diferentes Comités Olímpicos.
Según denuncian los tour operadores esto habría obligado a los hoteleros a subir los precios de las habitaciones libres lo que, según sus estimaciones, ha provocado un descenso del 30% en las reservas. Ukinbound, la asociación que agrupa a tour operadores y hoteles británicos, asegura que la mitad de sus socios está registrando caídas de en las reservas para verano. En palabras de Mary Ance, consejera delegada de la asociación, "si alguna vez hubo un momento para que el Gobierno aborde los asuntos clave del turismo más allá de los JJOO es ahora. El sector está muy preocupado y el Gobierno debería estarlo también".
La directiva admite que "las expectativas económicas para el turismo no son muy altas, aunque esperamos que la expectación mediática alrededor de los Juegos despierte el interés en Reino Unido como destino, aunque esto no se traduzca necesariamente en el número de reservas". Ance denuncia que el Gobierno no ha hecho todo lo necesario por incentivar el turismo: "tenemos las tasas aéreas más elevadas del mundo y los procesos de visados son extremadamente complejos".
La Asociación Británica de Hostelería se une a esta preocupación y su portavoz, Miles Quest, asegura que "aunque esperábamos el cartel de completo, todavía hay habitaciones vacías". Ante este escenario, los hoteles han comenzado a rebajar sus tarifas y según webs especializadas como Hotels.com, los precios en el último mes habrían caído una cuarta parte, hasta las 160 libras -aunque algunas están disponibles aún por menos-. No obstante, Londres es sinónimo de lujo y hoteles de 4 estrellas como Radisson Edwardian New Providence Wharf en Docklands aún mantenía las casi 600 libras como el precio más barato durante los Juegos.
Quest indica que "es necesaria una mayor inversión en VisitBritain para promocionar Reino Unido en los próximos años, tanto en el exterior como en el interior". El portavoz de la Asociación Británica de Hostelería espera que "la herencia de los Juegos de Londres traiga beneficios a largo plazo. Las Olimpiadas del 92 pusieron a Barcelona en el mapa y Londres es un destino mayor para el turismo de ocio y negocios".
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Paraíso fiscal temporal
Por otro lado, colectivos sociales como Occupy London han denunciado que los JJOO se convertirán en un paraíso fiscal temporal para los patrocinadores, entre los que destacan VISA, Coca Cola o McDonald's.
Esas empresas y otras gozarán de situaciones privilegiadas durante el evento, como ser el único medio de pago u ostentar el monopolio de la venta de comida rápida.
Además, y como parte de la contrapartida por ser patrocinadores, la Hacienda británica establece una exención temporal del Impuesto de Sociedades, así como del gravamen de los ingresos para algunas sociedades no residentes.
La asociación de consumidores Ethical Consumer ha identificado hasta 18 compañías que se beneficiarán de este paraíso fiscal, entre las que se encuentran Acer, Atos, General Electric, Samsung, Panasonic, Adidas, BT, BMW o British Airways, entre otras.
Y no solo las empresas gozarán de esas exenciones, sino que también se verán beneficiados los propios deportistas, el LOCOG, jueces, árbitros, técnicos o, incluso la prensa internacional.
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