«Sin cuerpo de baile no hay gran ballet»

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«Sin cuerpo de baile no hay gran ballet»
Fecha de publicación: 
12 Enero 2019
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Se ha dicho muchas veces, pero no siempre se comprende del todo: la fortaleza de una compañía de ballet es la de su cuerpo de baile. Puedes contar con las mejores primeras figuras, pero si el cuerpo de baile no está a la altura, no se podrá hacer nada digno con los grandes ballets del repertorio clásico.

Y El lago de los cisnes es quizás uno de los más significativos ejemplos. ¿Qué sería el célebre segundo acto si el grupo de bailarinas-cisnes desentonara?

El Ballet Nacional de Cuba está presentando en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, todo este mes y hasta la primera semana de febrero, una extensa temporada de El lago… y como era de esperar, algunos jóvenes bailarines del elenco debutarán (o debutaron en las últimas semanas) en roles importantes.

Ahora asumen la responsabilidad del solista, pero han bailado mucho (y no pocos siguen bailando) con el gran grupo.

Fuimos a la sede de la compañía para conocer sus expectativas…

DANIELA GÓMEZ, SOLISTA

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«Para el Ballet Nacional de Cuba el cuerpo de baile siempre ha sido esencial. Ha sido la carta de presentación en todo el mundo: por la exactitud, por la precisión, la homogeneidad de todas las bailarinas… En el caso de El lago… es necesario insistir en el estilo, en la sensibilidad, en la interpretación de ese famoso segundo acto.

«He bailado mucho ese ballet en el cuerpo de baile y lo sigo haciendo todavía. Y me ha ayudado mucho para la preparación de otros roles, particularmente el que estoy haciendo ahora (uno de los dos cisnes solistas). Ser un cisne implica no perder el personaje por un largo tiempo (todo lo que dura el segundo acto); fortalece tu cuerpo, porque lleva un entrenamiento muy riguroso».

—¿Y cómo has asumido los nuevos roles?

—Creo que son un escalón más. Son los primeros que asumo después de haber sido promovida a solista. Me han enseñado mucho. Son personajes que te muestran más, tienes más visibilidad frente al público. La técnica tiene que ser mucho más pura. Y necesitas mucha más resistencia, pues a veces hay que bailar en todos los actos.

—¿Te ves bailando el papel principal de El lago de los cisnes?

—Todavía lo veo como un sueño. Yo soy una bailarina muy realista: sé que para llegar a eso se necesita mucho trabajo. Hay que esforzarse mucho en el salón, con los maestros, y sobre el escenario: la experiencia sobre el escenario es vital para un bailarín. Ojalá que algún día tenga la oportunidad.

NARCISO MEDINA, SOLISTA

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«Estar en el cuerpo de baile de El lago… siempre me ha parecido una experiencia maravillosa, porque da la posibilidad de probarse en diferentes maneras de bailar dentro de un estilo. El cuerpo de baile es la vida del ballet. Sin cuerpo de baile no hay gran ballet».

—Pero ya eres un solista, supongo que tengas nuevos retos…

—Claro, ¡muchos! Yo me siento muy agradecido con todos los maestros que han confiado en mí, que me han preparado muy bien para afrontar estos papeles. Es trabajo intenso, pero que da grandes satisfacciones.

LAURA BLANCO, SOLISTA

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«Que me hayan distinguido con estas nuevas responsabilidades ha sido un verdadero privilegio. Estoy muy agradecida a los maestros, y haré todo lo posible por no defraudar esa confianza».

—¿Qué es más difícil: un rol solista o hacer el cuerpo de baile?

—Creo que los dos pueden ser muy difíciles. Lo que pasa es que cuando haces un solo hay más tensión, pues todo depende de ti. Creo que debes esforzarte un poco más. Pero al final también tienes que esforzarte en el grupo, así que los dos son igual de complicados.

CHAVELA RIERA, PRIMERA SOLISTA

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Realmente los papeles solistas requieren de mucho esfuerzo. Tienes una responsabilidad escénica que tienes que cumplir. Pero creo que los roles del cuerpo de baile son más complicados. El segundo acto de El lago… es un ejemplo. Hay que lograr una complicidad entre todas las bailarinas, y ciertamente ninguna baila igual que la otra. Todo hay que resolverlo con técnica y estilo. Hay que lograr que todas parezcamos una: eso es lo que el público aplaude».

—¿Y hasta qué punto haber estado en el cuerpo de baile te ha ayudado con tus nuevas responsabilidades como solista?

—Yo pienso que el bailarín que no pase por el cuerpo de baile no cumple todas sus metas. Eso es lo que verdaderamente te forma para poder decir un día: ya estoy lista para bailar sola; ya sé lo que es bailar en un conjunto, ahora puedo bailar a mi manera. Es primordial haber pasado por esa escuela.

CLAUDIA GARCÍA, BAILARINA PRINCIPAL

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«El cuerpo de baile es fundamental para lograr ese maravilloso ambiente del segundo acto de El lago…; es el que recrea esa magia especial. Además, ofrece claves esenciales de la historia: ¿Quién es Odette? ¿Por qué se hizo cisne?»

—Ahora que eres bailarina principal, ¿qué te aportó haber integrado el cuerpo de baile?

—Yo estoy orgullosa de haber pertenecido a esa categoría. Me ayudó mucho con cuestiones puntuales: el cuidado de las filas, las posiciones de los brazos y la cabeza, a lo que habría que sumar todo el trabajo con el estilo. Esa homogeneidad que hay que alcanzar en el conjunto te ayuda después cuando tienes que desempeñar roles principales.

—Recorriste todo el camino: comenzaste siendo uno de los cisnes y ahora eres la princesa Odette, y el otro lado de esa moneda: el cisne negro, Odile… ¿cómo has asumido este nuevo reto?

—Era un papel que esperé mucho. Me interesa esa dualidad, las aristas de los dos personajes. Me gustaría mucho que el público comprendiera que El lago… es mucho más que una historia de cisnes: es una gran historia de amor, sensibilidad, ambición… y que se noten muy bien esos dos polos opuestos es mi mayor pretensión.

—¿Cuál de los dos cisnes te ha resultado más complicado?

—Contra lo que pudieran pensar algunos, ¡el cisne blanco! Lleva mucho estilo y mucha alma. No basta que una crea sentir lo que siente Odette, ¡hay que ser Odette! Te tienen que nacer alas. Tu mirada tiene que ir más allá…

DANIEL RITTOLES, SOLISTA

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«Estos roles principales en El lago de los cisnes son un gran reto para mí. Me permiten ser, de alguna manera, la cara de la compañía. Me posibilita mejorar como bailarín y tener una idea de hasta dónde puedo llegar. Me alegra mucho que me hayan escogido».

—Hasta hace poco integrabas el cuerpo de baile, ¿qué tanto te ha ayudado esa experiencia?

—Cuando pasas por el cuerpo de baile ya sabes lo que pasa en la escena. Cuando haces un solo, ya tienes idea de dónde viene todo, las lógicas de la historia.

—De estos personajes que estás interpretando (el bufón y el amigo del príncipe), ¿cuál es el más complicado? ¿Cuál es el que disfrutas más?

—Creo que los dos son complicados, pero el bufón es más difícil. Aparentemente estás jugando en el escenario, pero tienes una gran complejidad técnica para garantizar eso. El desafío es equilibrar esas dos cosas. La gente puede pensar que estás divirtiéndote, pero la realidad es que sobre los hombros de ese personaje está la narración del acto.

DIEGO TÁPANES, INTEGRANTE DEL CUERPO DE BAILE

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«Lo más complicado de esta temporada para mí ha sido interpretar al bufón. Tiene una técnica muy fuerte, y al mismo tiempo exige una gran capacidad histriónica, dominio de la pantomima. El reto es convencer al público con la historia que está contando».

—Eres muy joven, todavía estás en el cuerpo de baile. Y sin embargo, ya estás asumiendo roles principales. ¿Cómo ha sido el proceso de montaje?

—Muy duro, la verdad. Pero por suerte he tenido el privilegio de dar clases con buenos maestros: Aurora Bosch, María Elena Llorente, Javier Sánchez… me han apoyado mucho.

—¿Qué es lo que más aprovechas en esta etapa artística?

—El cuerpo de baile es el que me ha dado el dominio de la escena. Es el punto de partida.

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