DIARIO DEL FESTIVAL: Lorna Feijóo regresa a su escuela
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Esta mujer es una de las grandes bailarinas cubanas de todos los tiempos, estrella indiscutible del Ballet Nacional de Cuba y de importantes compañías de varios países. Paseó su arte por las grandes capitales del mundo y, después de una carrera larga y provechosa, se dedica ahora a la enseñanza en los Estados Unidos, porque, como afirma, el deber de un bailarín es entregar lo que un día aprendió.
Las jornadas pedagógicas Fernando Alonso, que tienen como sede la Escuela Nacional de Ballet, cuentan con la presencia de la primera bailarina Lorna Feijóo, una de las más ilustres invitadas al XXVI Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso. En esta escuela (aunque entonces no estaba en el gran edificio en que radica hoy) estudió Lorna, se formó con muchos de los maestros esenciales del ballet cubano. Algunos ya no están, pero la bailarina, antes de comenzar su clase de técnica con alumnos de diferentes niveles, saludó a algunos, especialmente a dos pilares de la escuela cubana de ballet: Aurora Bosch y Ramona de Saá, presentes en estas jornadas. La emoción de Lorna al evocarlas y agradecerles resultó manifiesta.
Fue una tarde provechosa para los estudiantes. No todos los días una bailarina con ese historial ofrece una clase tan intensa. Lorna Feijóo está en plena forma, no es maestra de quedarse sentada: marca los ejercicios, las secuencias, con una limpieza de movimientos que asombra a sus discípulos. Se nutre de los presupuestos de la escuela cubana de ballet y de lo que ha aprendido con maestros internacionales. Su clase es, en definitiva, confluencia de experiencias.
Al final, Lorna compartió con los estudiantes: aprovechen esta escuela maravillosa, aprovechen a estos maestros, atiendan las correcciones… tienen un privilegio del que disfrutan pocos en el mundo: estudiar ballet sin tener que pagar, solo por sus condiciones. La continuidad del ballet en Cuba está garantizada.
A la americana
Las Estrellas del Ballet Americano ofrecieron en el teatro Mella una temporada que entusiasmó sobremanera al público. En Cuba, se sabe, se aplaude al buen girador, al bailarín rápido y diestro, y en el programa concierto hubo grandes demostraciones de virtuosismo. Pero también buen gusto.
Como era de esperar, este elenco integrado por bailarines formados en las principales escuelas y compañías estadounidenses, rindió homenaje al mayor exponente del movimiento coreográfico de ese país: George Balanchine. Pero hubo, además, propuestas de coreógrafos más recientes, que transitaron desde el lirismo neoclásico hasta visiones mucho más apegadas a la sensibilidad popular.
Y hoy comienza la temporada de Giselle
Amantes del ballet romántico, esta noche comienza una importante temporada de Giselle en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. Se festeja el aniversario 75 del debut de Alicia Alonso en ese ballet emblemático. La primera función reúne a dos viejos conocidos: la primera bailarina Sadaise Arencibia y a quien fuera la sensación del ballet cubano en los primeros años del siglo, Rolando Sarabia, radicado ahora en los Estados Unidos. Para no perderse…
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