En lo personal duele de forma general el momento, ya prolongado por el que atraviesa el voleibol cubano, pues fresco en el recuerdo aún está el escaño 18 con solo un triunfo en fase de grupos de sus homólogos en la cita de Italia-Bulgaria, ganado nuevamente por Polonia y donde solo pudieron saborear un triunfo sobre Puerto Rico.

De vuelta a las féminas, y sin volverle la espalda a diversos fenómenos que inciden en los pobres rendimientos como un certamen doméstico fantasma; el desangramiento constante de nuestras preselecciones por causa de la emigración de deportistas, los de mayor talento casi siempre; la ausencia de partidos de nivel supremo como los que brinda el Grand Prix, aunque acá en el área medirnos a Estados Unidos y República Dominicana igualmente devienen termómetros de valía… por solo mencionar algunas, hay que señalar que no constituyen ahora mismo ni siquiera una armada competitiva a nivel universal.

Ancladas en el escaño 30 del ranking y cediendo posiciones ante China (líder del escalafón), una máquina de jugar voleibol, fueron superadas en toda la línea, especialmente en el apartado de bloqueo (17-3), y puntos por errores del oponente (13-5).

La realidad no varió mucho contra italianas y búlgaras. Ante las transalpinas (7mas del listado del orbe) los márgenes más notorios estuvieron en ataque (42 efectivos por 32), y los errores no forzados (13-21), además de que ninguna jugadora llegó a dobles dígitos.

Con las búlgaras (rankeadas en el 17) fue harina del mismo costal: en la net se impusieron 11-2, y los tantos por concepto de errores del rival se comportaron 22-7. Con semejante diferencia no solo no se puede aspirar a la victoria en ningún choque o parcial, sino que también los tanteadores reflejarán desenlaces adversos por abultado margen, como así dan fe los sets de 10-25, 11-25 y 12-25 en cada una de las confrontaciones celebradas hasta este minuto.
Quedan en el camino de las antillanas los desafíos versus Canadá (19) este miércoles, al parecer el más accesible, y luego ante Turquía (12) para cerrar la fase clasificatoria.

Las canadienses tampoco conocen la senda del triunfo en lo que va de torneo, en tanto las turcas marchaban con dos sonrisas y un fracaso. A propósito, en lo que va de torneo aparecen invictas en tres salidas las representaciones de Holanda, Italia, China, Estados Unidos, Rusia, y Serbia, del total de 24 contendientes. Cabe recordar que en la versión mundialista precedente, Cuba se ubicó en un discretísimo peldaño 21.

Otra confirmación de que el actual combinado carece de madera la tenemos cuando analizamos las estadísticas individuales. Sucede que entre las mejores anotadoras, la mejor ubicada, bien distante de la puntera azerí Polina Rahimova (66) era Ailama Cesé (30) en el puesto 43, mientras Diaris Pérez (29) iba en el 46.

La propia Pérez es la que más se acerca a una atacadora de nivel. Con 46.55 % de efectividad, recala en el lugar 14 (26 en 58). Ailama iba en el 24-43.94%. Laura Beatriz Suárez era la de mejor trabajo en la net, dueña de 0.44 bloqueos por set y anclada en la posición 43; y entre las mejores receptoras Cesé marchaba en el discreto 39, con pobre 17.07 de efectividad. Claro, el recibo siempre se ha antojado uno de los talones de Aquiles de los combinados de La Mayor de las Antillas.

El servicio, arma tradicional en las nuestras, no lo ha sido en esta ocasión, y en un casi de olvido lugar 52, aparece Jessica Aguilera.

Las nuestras habían marcado 142 unidades y permitido 225 para un negativo 0.631 de balance de rendimiento.
Experiencias negativas al máximo nivel se suceden en el deporte de la malla alta. En lo personal creo que costará mucho volver a acercarse, parafraseando el título de la icónica película, a nuestros años felices. Japón de seguro no marcará esa aproximación.