Inmigración: Menores obligados a prostituirse
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La desesperación tiene la apariencia de una frontera infranqueable más allá de la cual existe la esperanza de una nueva vida. El horror tiene el aspecto de los contrabandistas que no le dejan a los niños que llegan a Ventimiglia -frontera entre Italia y Francia-, en general procedentes del Cuerno de África y de los países subsaharianos, otra opción que la práctica del "survival sex" (sexo para sobrevivir).
Un retrato detallado e inquietante de lo que suceden en las fronteras fue trazada en un informe de Save The Children, titulado "Pequeños esclavos invisibles 2018".
La organización detalló que la situación se agravó incluso después del desmantelamiento, en abril de 2018, del campamento en la zona a lo largo del río Roja. Desde entonces, los operadores de Save The Children relevaron la permanencia en las calles de muchos menores "en condiciones degradantes, promiscuas y peligrosas".
El flujo de inmigrantes eritreos a la ciudad de Ventimiglia en los primeros meses de 2018 registró un notable incremento respecto del año anterior, cuando representaba apenas el 10% de las personas en tránsito. En el reporte surge que de los más de 750 inmigrantes en tránsito en Ventimiglia en marzo de 2018, más de la mitad eran eritreos, de los cuales más de uno de cada cinco menores.
A nivel mundial los datos son alarmantes: se estima que casi 10 millones de niños y adolescentes, solo en 2016, fueron reducidos a un estado de esclavitud, vendidos y explotados principalmente con fines sexuales y laborales.
Los números difundidos por la organización que protege a los menores corresponden al 25% del total de las personas en esta condición, más de 40 millones, de los cuales más de 7 de cada 10 son mujeres y niñas. Según las mismas estimaciones, son alrededor de un millón los menores que fueron víctimas de explotación sexual en 2016, mientras que durante cinco años, entre 2012 y 2016, 152 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años estuvieron sujetos a distintas formas de trabajo infantil, más de la mitad de ellos en actividades peligrosas para su salud.
En Italia, el fenómeno de la trata y explotación de menores sigue siendo en su mayoría oculto pero en neto crecimiento.
La tendencia se confirma en los relevamientos de las unidades del programa "Vías de Salida" de Save The Children para contrastar la explotación sexual de menores.
Entre enero de 2017 y marzo de 2018, la organización entró en contacto, en algunas zonas clave como Abruzzo, Las Marcas, Cerdeña, Véneto y la ciudad de Roma, con 1.904 víctimas, de las cuales 1.744 adultos jóvenes, o que se definían como mayores de edad, y 160 menores. En su mayoría (68%) eran nigerianos, seguidos por rumanos(29%).
Un índice en neto aumento respecto al período mayo 2016-marzo 2047, cuando habían sido contactadas 1.313 víctimas. Raffaela Milano, directora de los Programas Italia-Europa de Save The Children, invitó "a todos a no llamar más 'clientes' a aquellos que abusan de menores".
"Es urgente que las instituciones se comprometan a fondo para poner fin a esta plaga inaceptable y salvaguardar a estas mujeres jóvenes", sostuvo.
Concluyó que "el nuevo Plan Nacional Anti Trata para 2019" de Italia deberá contener "un plan de acción dirigido a la protección de los menores de riesgos de trata y explotación que prevea intervenciones y medidas a largo plazo".
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