La verdadera identidad de todos es que somos humanos

La verdadera identidad de todos es que somos humanos
Fecha de publicación: 
16 Septiembre 2011
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En el debate teórico sobre la construcción de la identidad de la niñez y la juventud en el marco del Encuentro de Cineastas de África, el Caribe y sus diásporas, la UNICEF hizo un llamado hacia una nueva educación que asuma los orígenes históricos de nuestros pueblos incluyendo las matrices culturales africanas e indígenas. José Juan Ortiz, representante de ese organismo internacional en Cuba, enfatizó en la necesidad de la información y el conocimiento para los individuos y del compromiso de los estados y gobiernos.

La construcción de la identidad caribeña y latinoamericana está basada en diferentes pueblos que han creado al final lo que realmente son los 
habitantes hoy en la región. Hay tres influencias fundamentales, la europea, la africana y la de los pueblos originarios, y en esta nueva población es indudable que la cultura dominante ha sido la europea. 

Hemos creado una imagen de Latinoamérica y el Caribe fundamentalmente desde los ojos de los europeos, no han participado ni los afrodescendientes, ni los pueblos originarios. Por tanto, lo que se percibe es una distorsión de la realidad y desde UNICEF entendemos que es absolutamente necesario que los estados y los gobiernos prioricen de ahora en adelante una reeducación, en el mejor sentido de la palabra, de mostrar lo que es la realidad latinoamericana y caribeña, donde el componente africano es fundamental.

-¿Qué papel está llamado a jugar el cine en esta «reeducación»?

-Los medios de comunicación tienen una influencia fundamental, porque repiten constantemente esos estereotipos generados desde el poder, por tanto, la imagen que se da es el fenotipo blanco a lo mejor y no es peyorativo, teñido  de colores, pero con el fenotipo de la cultura dominante, de un modelo de sociedad que no tiene en cuenta la cosmovisión africana que como descendientes conservan gracias a la tradición oral o la cosmovisión indígena, por tanto, imponemos un modelo que no tiene que ver con lo real.

-¿Cuál es la propuesta desde la UNICEF?

-Desde el sistema de Naciones Unidas creo que tenemos que apoyar al máximo  los esfuerzos que hagan los gobiernos por la construcción de la verdadera identidad del pueblo caribeño. No se puede entender el Caribe si no se entiende el gran aporte de la cultura africana, pues los caribeños culturalmente son también africanos, es indudable que eso lo tienen que asumir en su propia identidad, mientras eso no se consiga, estaremos perpetuando una estructura de poder hegemónico blanco sobre la cultura negra y originara del área geográfica de Latinoamérica y el Caribe. Es fundamental la responsabilidad de los ciudadanos de exigir a nuestros gobiernos que eso sea así, urge  la participación activa de todos los afrodescendientes, de los eurodescendientes e indigino-descendientes. Somos caribeños y como tal, nuestra realidad exige una información, una educación, una cultura donde se manifiesten nuestros

orígenes.

-¿Cómo cree que deba asumirse la lucha contra el racismo en este replanteo que propone?

-El estereotipo del racismo, de la dominación blanca desde su origen es absolutamente incorrecto. Los primeros europeos que vinieron a la región, que eran los españoles, eran mestizos, los españoles que se identifican como blancos, es otra falacia, es decir, el español de hoy es descendiente de los celtas, de los iberos, de los vándalos, de los godos, de los visigodos, de los cartagineses, de los romanos y 800 años de cultura africana del norte, pero también con influencia de los árabes, que nos contaban cómo vivían sus relaciones con las culturas de otros imperios, cómo eran los neolíticos, el Congo, etcétera. Por tanto, nos guste o no, los europeos que vinieron a América no eran blancos, eran mestizos y eso también hay que explicarlo.

Creo que en el ámbito de esa nueva educación que tenemos que dar sobre las propias identidades tiene que ser sobre una base fundamental: que la verdadera identidad de todos es que somos humanos y por tanto, hermanos. Las diferencias raciales, de pigmentación, no dejan de ser flores en un maravilloso jardín, y a cada una las tenemos que disfrutar. Un ramo de flores es algo muy bello, pero es también la suma de todos. En el ámbito cultural  más todavía, cuantas más culturas conocemos, más ricos somos, más cultos, por tanto el desprecio de cualquier tipo ya es  vulneración de derechos, pero el racismo es una aberración.

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