Chucho Valdés: Un clásico del jazz y su sueño
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Con solo mencionar su nombre, el público hace espacio para imaginar cómo será disfrutar un concierto de Chucho Valdés, a quien le persigue la estela de los premios Grammy, pero que en Rusia cumplió un sueño.
Todos afirmaron en su momento que fue un honor contar con una artista de la talla de Chucho en Rusia, sin embargo, el honor fue mutuo, al menos así se lo hizo saber al auditorio de la moscovita sala Chaikovsky en un reciente concierto único en este país.
Para a mí estar en Moscú fue algo especial, porque mi carrera internacional se inició en 1968, hace exactamente 50 años y toqué en esta capital, precisamente, declaró el laureado jazzista cubano a Prensa Latina.
Lo que nunca pensé en esa época es que 50 años después iba a volver a Moscú para tocar en la sala Chaikovsky, una de las más importantes del mundo, para hacerlo como solista, reflexionó el pianista cubano.
Pero ello era un sueño de estudiante, un sueño hecho realidad, confesó el músico que desde 1979 acumula seis premios Grammy Awards y tres Grammy latinos.
El arte no tiene edad, señala el músico que en 1973 hizo época al fundar el grupo Irakere, para en 2005 dedicarse a hacer música en solitario.
Mientras tengas el afán y la ilusión de hacer cosas nuevas y sepas que tienes que aprender más, la música no tiene edad, comentó.
Realmente a mí me parece maravilloso hacer estos conciertos de solo piano, aunque trabajo con mi cuarteto, a veces en trío, hago colaboraciones en dúo con Gonzalo Rubalcaba, y con músicos como Wynton Marsalls o Herbie Hancock, explicó.
Con la Orquesta Sinfónica hice concierto a dos pianos con Lang Lang, en la Catedral de la Habana, una actuación muy linda que quedó para la historia, recordó el maestro.
Su actuación en Moscú la describió como una presentación de historia de la música.
El repertorio incluyó jazz, composiciones propias, obras del cubano Ernesto Lecuona, piezas de Duke Ellington, Thelonious Monk, Rajmaninov, Chopin o Rimski-Korsakov, pero todo eso dentro de mi mundo musical, consideró.
Yo hago variaciones de temas de esos autores que los toque en su forma original cuando estudié piano, pero ahora les busco variaciones y me recreo con esos temas, explicó.
Chucho confiesa que lo motivó y disfrutó el trabajo con el equipo joven de producción y dirección para poner música al filme Esteban (2016) que le valió el premio paralelo Vita Música, en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España.
Al recordar a su padre, Bebo Valdés, fallecido en 2013, afirmó que fue, además, su maestro, inspiración, su amigo y uno de los seres humanos más lindos que conoció.
Yo fui su pianista, con 16 años, en la orquesta Sabor de Cuba. 'El formó ese grupo para que yo aprendiera a hacer música con las orquestas de jazz band y a escribir para esos formatos', reveló uno de los mejores pianistas del orbe.
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