Tenis bajo protesta

Tenis bajo protesta
Fecha de publicación: 
15 Septiembre 2011
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Ambos irritaron a los organizadores del Abierto de Estados Unidos. Sus protestas tuvieron una gran repercusión mediática y esto, según algunos, pudo dañar la imagen del tenis. Además, los dos perdieron la final del último torneo Grand Slam del año; sin embargo, en un detalle muy significativo las posiciones de Rafael Nadal y Serena Williams se separan: las críticas del español son compartidas por muchos, mientras las ofensas de la estadounidense la colocaron nuevamente en el ridículo.

 

En la discusión del título del Abierto la hermana menor de las Williams enfrentó a la sorprendente australiana Sam Stosur. Durante el primer juego del segundo set, Serena creyó que había logrado el punto y emitió su característico grito ¡Vamos! Ante esta acción, la jueza principal dictaminó que la norteamericana rompió una regla del tenis, pues su rival todavía tenía posibilidades de alcanzar la pelota. Por tanto, el punto terminó en el marcador de Stosur y allí mismo Serena perdió el control.

 

Gritó, amenazó y aunque no pocos de los que estaban en los asientos de la cancha principal de Flushing Meadows, en Nueva York, la apoyaron con chiflidos dirigidos a la jueza, en realidad ante los ojos del mundo Serena volvió a mostrar su peor rostro. Dos años atrás, en el mismo escenario, en la semifinal contra la belga Kim Clijsters, la Williams no se cansó de injuriar a un juez de línea.

 

El castigo en aquella ocasión para Serena fue severo: la Asociación estadounidense de tenis la multó con 10 mil dólares y después el Comité de los Grand Slam elevó la penalidad hasta la cifra récord de 82 mil dólares. Serena tuvo que pasar por un "período de prueba" y hasta se habló de una posible suspensión. Todos estos temores renacieron luego de la nueva explosión de la Williams; pero se desvanecieron de inmediato porque los organizadores del Abierto la obligaron a pagar una cantidad absurda: apenas dos mil dólares de los 1,4 millones que ingresó la tenista por sus resultados en el certamen.

Muchos esperaban una mayor sanción que amedrentara a Serena y la hiciera pensar dos veces antes de proferir insultos. Tal vez eso hubiera sido lo más deseable, ya que actitudes como la de la norteamericana afectan la imagen del tenis como un "deporte cortés".

 

Otro que también protestó en el Abierto fue el español Rafael Nadal; pero sus argumentos y la repercusión de sus palabras fueron muy diferentes a las de Serena. Realmente el torneo estuvo afectado por las lluvias que dejó el huracán Irene y esto obligó a los organizadores a introducir repetidos cambios en los horarios. Esas modificaciones no complacieron a varios de los mejores tenistas del mundo.

 

La lluvia cesó unos minutos antes de que comenzara el partido de octavos de final entre Nadal y Gilles Müller. La cancha todavía estaba mojada y era preferible esperar más tiempo, para evitar lesiones. Así lo creyó el español, por eso su sorpresa fue enorme cuando le comunicaron que tenía que iniciar el juego. Ellos solo estuvieron 15 minutos en el terreno, porque las condiciones climáticas empeoraron, al igual que el ánimo de Nadal.

 

En una conferencia de prensa, el segundo jugador del ranking universal—superado por el serbio Novak Djokovic— criticó duramente a los directivos del Abierto: "Sacarnos a jugar 15 minutos significa entretener a la gente y a la televisión. Pero fue peligroso para nuestra salud. No quiero ni imaginar si me resbalo y me lesiono lo que puede pasar". Ahí no terminaron las recriminaciones del ibérico quien fue más allá y dejó entrever una posible huelga.

 

"Tienen que cambiar cosas. No puede ser que los Grand Slams hagan siempre lo que quieran. La única forma de cambiarlo es estando unidos y queriendo cambiar las cosas (…) ¿Medidas drásticas? Yo estoy dispuesto a cualquier cosa siempre que vayamos todos a una". Estas palabras probablemente hayan despertado temores en los ejecutivos del tenis y reafirmaron la postura de Nadal como un hombre con ideas "incómodas", pues meses atrás había arremetido contra la estructura de la Copa Davis y su voz también se hizo sentir en las críticas al apretado calendario que deben afrontar los tenistas cada año.

 

Las insatisfacciones de Nadal con el Abierto fueron compartidas por otras estrellas; sin embargo, ninguna hizo declaraciones tan fuertes como las del ibérico. ¿Huelga en el tenis? No parece probable, ya que este es uno de los deportes mejor pagados en el mundo y ni siquiera la crisis económica ha impedido la celebración de los más importantes eventos en los últimos años.

 

Nadal tiene razón cuando alega que el calendario es extenuante; pero también es cierto que los premios en metálico han crecido y que solo una lesión parece una posible justificación para ausentarse de un Máster 1000 o un Grand Slam. Además  de las enormes cifras repartidas en estos certámenes, en ellos también se otorgan las mayores cantidades de puntos para el ranking mundial.

 

Entre Serena Williams y Rafael Nadal acumulan 23 títulos de Grand Slam, por tanto, tienen un lugar garantizado en la historia. Sus protestas sobrepasaron los límites de las canchas del Abierto de Estados Unidos; aunque los gritos de la Williams quedaron como una muestra más de prepotencia; mientras los criterios de Nadal sí preocuparon a los directivos que, de seguro, no esperaban encontrarse con un "rebelde" en las filas de las millonarias estrellas del tenis.

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