La letra del año y sus secretos
especiales
Considerada como “el evento religioso más importante que se lleva a cabo por los Babalawos tanto en Cuba como en Nigeria, aunque en fechas diferentes”, la conocida como Letra del Año ya circula en la Isla.
No solo en manos de religiosos, también la curiosidad mueve a muchos a acercarse a estas predicciones, que van sumándose a las tradiciones de cada año que comienza en esta mayor de las Antillas.
La reconocida etnóloga Natalia bolívar, entrevistada en 2011 para el espacio televisivo Con 2 que se quieran, explicaba que “La Letra del Año es una predicción, generalmente muy exacta, que se lee a través del Oddun, de la letra que salga, con refranes, los rezos, quiénes gobiernan, qué te va a pasar, qué enfermedades van a ser fuertes en ese año, qué terremotos y problemas terrenales va a haber en el Universo, y te da las recomendaciones...”
La propia Natalia bolívar, en el artículo “El legado africano en Cuba”, publicado en 1997, recordaba que la santería en cuba tiene sus orígenes en lo cabildos de los esclavos, y la primera alusión a tales cabildos data de 1568.
Fue a finales del siglo XIX, que el negro Samá y la negra Laután, de origen yoruba, precedidos por André Petit, quien supiera agrupar y sintetizar diferentes creencias africanas en una sola propuesta, fundaron la Regla de Ocha o Santería, refiere la Bolívar.
Los esclavos habían mimetizado algunos santos católicos con sus orishas e incorporado prácticas del espiritismo que, procedentes de la influencia de haitianos, se asentaban en el oriente del país.
De entonces al presente, mucha agua ha corrido, y en la actualidad, en la sede de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, protagonizan la ceremonia de extraer los Odu los Babalawos de mayor cantidad de años de iniciación en el país y quienes desde su comienzo lo han venido haciendo de forma ininterrumpida.
Al decir de la Junta directiva de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, nuestro país es el territorio donde mejor se conservan las tradiciones culturales de la religión Yoruba, traída a nuestra isla por los esclavos llegados de África, y mayoritariamente pertenecientes a la etnia Yoruba.
Cuando el siglo XIX terminaba, empezó a conocerse la Letra del Año. Babalawos procedentes de las diferentes ramas religiosas existentes en el país comenzaron a reunirse para efectuar con todo rigor las ceremonias establecidas, que concluían el primero de enero.
A través del Oráculo de Ifá –tablero de adivinación-, las predicciones que realizan dichos babalawos, procedentes de las diferentes ramas religiosas existentes en el país, donde la Sociedad Cultural Yoruba de Cuba y el Consejo Cubano de Sacerdotes Mayores de Ifá tienen el liderazgo, conforman la Letra del año.
La misma contiene orientaciones, recomendaciones, que deberían cumplirse durante el año para evitar y vencer obstáculos y dificultades.
Para este 2018, como ya publicó Cubasí junto a otros medios, La Letra del Año “de Ifá para Cuba y el mundo”, dada a conocer a la prensa nacional y extranjera en la sede de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, indicó que la divinidad que gobernará el 2018 es Yemayá, acompañada de Eleguá; de ahí que la bandera del año sea mitad blanca, mitad azul, con ribetes negros.
Entre las Recomendaciones contenidas en esta Letra se incluyen el no guardar rencor por cosas pasadas y aprender a perdonar; mantener buena conducta social y moral, controlar el la ingestión excesiva de bebidas alcohólicas, así como proteger el ecosistema y medio ambiente, y evitar la violencia domestica en todas sus manifestaciones.
De acuerdo con la doctora Beatriz Marcheco Teruel, del Centro Nacional de Genética Médica (CNGM), un estudio realizado por profesionales de esa entidad científica para caracterizar la estructura de la población cubana en el campo de la genética, indicó que el 72% de los genes de la población cubana actual proviene de ancestros europeos, el 20 % de africanos, y el 8 % de ancestros nativos americanos.
En las personas de piel blanca detectaron alrededor de un 7 % de genes de origen africano, en las mestizas un 25,5 %, y en las de piel negra alrededor de un 65 %. “No encontramos, refirió al periódico Granma la investigadora, ningún individuo en quien el 100 % de su información genética fuera de origen europeo o de origen africano”, explicó la investigadora.
Dichas estadísticas una vez más ratifican la sentencia de Don Fernando Ortiz al calificar nuestra cultura de un gran ajiaco. Y en este inmenso caldero, la Letra del Año abierta cada enero no pasa inadvertida, lo mismo para creyentes que no creyentes, porque aquí, según el viejo refrán, el que no tiene de congo, tiene de carabalí.
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