Daniel Romero Pildain: La vida me tiene muy ocupado, siempre trabajando
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Actualmente, sin miedo a parecer absoluto, declara que si no actuaba, moría. ¡Tanta era su necesidad de expresarse!, que no es lo mismo que exhibirse, me remarca. Lo cierto es que nada, absolutamente nada, hacía presagiar que la actuación aparecería en el camino de Daniel Romero Pildain.
"Estudiaba Electrónica, empecé prepararme para la ENA. El primer año hice Martí con Broselianda Hernández, Fernando Pérez (se refiere al filme Martí, el ojo del canario). De ellos pude aprender y desarrollarme en el cine.
A sus 26 años, Daniel me confiesa que no tiene tiempo libre, "por suerte".
"Afortunadamente no tengo tiempo libre, me alegro mucho porque tengo adicción al trabajo. En la casa me pongo muy ansioso, la vida me tiene muy ocupado siempre trabajando..."
En estos casos, siempre me pregunto ¿Y los amigos? Por eso no dejo de indagar en la posible respuesta de Daniel.
"No tengo muchos amigos pero los que tengo son indispensables para desestresarme, planear un poco, que me aclaren y ayuden a ver las cosas de otro modo, por supuesto también para fiestar, que después de tanto trabajo siempre uno los necesita".
Debe ser difícil caminar a su lado, sobre todo después de Zoológico. Es probable que por eso, tal y como le dije a un coterráneo y colega, prefiera las calles menos transitadas, porque la fama hace daño, sobre todo a la intimidad.
"A Zoo llego por un casting en la casa productora. Fui, hice la prueba, al director le parecía bien porque quería para el personaje un actor que no tuviera nada que ver con el cliché de los mala cabeza. Vaya, con más cara de niño. Hice la prueba y salió todo bien. El trabajo con Richard fue interesante, él sabía lo que quería lograr con cada personaje no solo con ese".
De hecho, mientras hablamos me imagino conversando con Leo (su personaje en Zoológico) pero debe ser, porque en Martí yo no tenía mucha conciencia de la actuación o a lo mejor porque no he podido verlo como parte de los expedicionarios de Argos (Teatro) la nave cuyo timonel es Carlos Celdrán.
"Aquí pasé mi Servicio Social, después de graduarme de la ENA. Empiezo a ver los montajes de Carlos, algo que me ayudó mucho en mi formación como actor. Luego me voy a otro grupo alrededor de dos años, El ciervo encantado. Luego ya estaba en procesos para irme a filmar Zoológico, Carlos me llamó, buscaba a un actor joven".
Diez millones
Diez millones no es una obra autobiográfica, es autoreferencial. Tendría que tener los hechos tal cual. No lo es. Tiene que ver con su vida pero también en la forma de pensamiento en los cubanos de aquella época, también de los que vinieron después, hemos vivido otras épocas y eso es lo que hace rica nuestra historia. No hago a Carlos Celdrán.
¿Cuál es el personaje que quisieras hacer?
La verdad no lo tengo claro, cada personaje me enseña algo, me hace descubrir algo de mí, a veces bueno y a veces malo, por eso no tengo preferencias porque sé que voy a encontrar eso en cualquiera, cosas positivas y negativas, porque tenemos de todo.
Si pudieras cambiar algo en ti…
Me gustaría ser más paciente. Soy demasiado apasionado, impaciente, ansioso e intenso para mi gusto.
Periodísticamente hablando tampoco me gustan los clichés. Pero no puedo dejar de preguntarle qué le depara el mañana, porque como espectadora ya ansío verlo en una nueva propuesta.
"Debo comenzar a rodar en enero una película, muy importante para mí, haré un personaje histórico tan importante como Martí, pero no quisiera adelantar más, no me gusta la expectativa".
El director es Rigoberto López, me soltó entre risas. Los avezados, los que se han quedado con ganas de ver nuevamente a Daniel, transfigurado en la piel de otro héroe, ya tienen las herramientas. A buscar entonces qué es lo que lo mantiene ocupado aún cuando se toma un respiro para responder mi cuestionario, con el único propósito de que la gente sepa un poquito más del muchacho que a veces se pregunta ¿por qué actúa si muchas veces (la mayoría) el actor sufre tanto?
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