Carbón vegetal, la carta inesperada
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El carbón vegetal cubano, que comenzó a exportarse apenas desde 2004, ha tomado rumbos inesperados y además de ingresos, ha impulsado la creación de nuevos negocios y asociaciones con empresas extranjeras.
A partir de ese momento, explicó Raquel Palacio Ramírez, especialista del Grupo Agroforestal, se inició una curva de crecimiento debido a que varios países desarrollados, fundamentalmente europeos, donde se está empleando como fuente de energía, especialmente para la cocción de alimentos a la barbacoa y el calentamiento de los hogares en los fríos meses de invierno.
Con un inesperado giro en los acontecimientos, Cuba se convirtió en el bienio 2011-2012 en el octavo país exportador de carbón vegetal en el mundo. De acuerdo con la especialista, esto ha decrecido porque la competencia es grande y el país todavía debe crear una infraestructura que permita dar respuesta a la gran demanda actual en el mercado externo.
Según la presentación El carbón vegetal, retos y oportunidades, divulgado por Palacio Ramírez en el Congreso Agroforestal, en junio pasado, en la Isla exportan este producto varias empresas: Cubaexport, Cítricos Caribe S.A., Cimex, Alcona S.A. y Cubagro. A juicio de la especialista, de la correcta elección del mercado meta dependerá el éxito de la exportación y por tanto, la mayor o menor obtención de ingresos para el país.
Las ventas al exterior ascienden a más de 100 000 toneladas anuales y el propósito es sobrepasar el doble de esta cifra, para lo cual se trabaja en la creación de las condiciones necesarias que lo permitan y garantizar un producto de alta calidad, como demanda el mercado. En los últimos tres años, el país obtuvo ingresos por unos 105 millones de dólares por estas exportaciones.
Buena parte del carbón vegetal que exporta la Mayor de las Antillas proviene del marabú junto a los desechos de los aprovechamientos forestales. “La importancia de las exportaciones de carbón de Cuba radica también en que no se dañan los bosques para producirlo, lo que es un tanto a favor de la protección del medio ambiente”, indicó la experta.
De acuerdo con Raquel Palacio, entre las oportunidades del país en este rubro se encuentran su alta demanda en el mercado internacional, la existencia de dos grandes puertos, redes ferroviarias a lo largo de todo el país, miles de hectáreas de marabú, principal fuente de materia prima para la producción, y la situación geográfica respecto a otros que en las Américas producen un carbón con excelentes propiedades, pero su flete hacia Europa se encarece por la distancia.
A la antigua
El carbón vegetal cubano se produce con los métodos tradicionales, como lo hicieron los abuelos y bisabuelos. “La producción ha crecido a partir de la demanda, hoy produce carbón casi todo el mundo, y se ha favorecido también con buenos precios. Una tonelada, el equivalente a 50 sacos, que no es fácil de obtener, se cotiza en 1 000 pesos, además de una estimulación en pesos convertibles”, explicó Palacio Ramírez.
Entre las inversiones a futuro en el sector agroforestal cubano se encuentra introducir tecnologías de primer nivel para convertir los gases que emana la producción de carbón en energía eléctrica, como perspectiva del país en favor del entorno. “El ácido piroleñoso que se emite a la atmósfera puede convertirse en electricidad para trabajar en las instalaciones del sector forestal y también venderlas al Sistema Electroenergético Nacional, lo que constituiría una fuente adicional de ingresos”, precisó.
¿De dónde será?, ay mamá
Hoy, excepto en La Habana, se produce carbón en todas las provincias cubanas y se exporta por los puertos de Mariel, en la occidental provincia de Artemisa, y por Santiago de Cuba, en el oriente.
Los mayores productores son Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas, coincidentemente donde mayores extensiones de tierra están infestadas de marabú y algo que hasta hace poco era una planta indeseable ha devenido una fuente de ingresos “y están aprovechando eso”.
De acuerdo con Adalberto Guerrero López, director general de la Empresa Agroforestal Las Tunas, la entidad se insertó en este mundo desde hace varios años. “Hoy, el carbón vegetal se ha convertido en el renglón líder, con un mercado seguro. Lo comercializamos para la exportación mediante un contrato con Alcona, que lo vende a la firma italiana WLT y tiene como destino Italia”.
“Nuestro carbón es reconocido por esta firma y por su excelente calidad, y trabajamos en función de perfeccionar el proceso para ir mejorando cada día el producto. En enero pasado certificamos el sistema de calidad de la empresa, con alcance a nuestro rubro líder, del que en 2016 exportamos 3 500 toneladas y en este año tenemos la proyección lograr 3 545 toneladas. Teniendo en cuenta las condiciones climáticas y otras que se han venido creando, pensamos superar esa cifra sin dificultad alguna”, indica Guerrero López.
De acuerdo con el directivo, el carbón tiene una trazabilidad en todo el proceso: primero, el productor hace una selección de la materia prima -marabú y otras leñas-, y la producción, hasta la transportación, desembarque y almacenamiento en las naves de beneficio, y luego, su exportación, que permite conocer quién elaboró cada saco. “Trabajamos la calidad con mucho rigor, por un procedimiento preciso y nuestra meta es extender el sistema a otras producciones”.
La calidad de nuestro carbón, destacó, ha permitido que no tengamos hasta el momento ninguna reclamación del cliente extranjero y hemos asegurado con esto un mercado. Las perspectivas se están ampliando y nuestra empresa tiene clientes seguros con WLT.
El sistema de producción de carbón en la Empresa Agroforestal Las Tunas está concebido sobre la base de productores individuales, conocidos como cachimberos, -unos 300- no sobre planes. Además de los pagos, tienen otros beneficios materiales, lo que ha propiciado el incremento productivo, considera Guerrero.
La empresa firmó convenio en meses pasados con una canadiense con el fin de lograr carbón vegetal y carbón activado y a partir de la biomasa producir energía eléctrica -389,2 megawatt-, que será aportada a la red nacional. Se emplearán hornos eléctricos que permitirán humanizar el trabajo, aprovechar mejor la materia prima e incrementar la rentabilidad, explicó.
De cara al porvenir
Entre las fortalezas del país, sostiene Raquel Palacio, se encuentran la apertura a la inversión extranjera que propiciará nuevos negocios y cultura de producción en el campesinado cubano, por el uso tradicional de esta fuente de energía y la existencia de especies maderables reconocidas por su alta calidad, así como de la Ley Forestal, que forma parte de la legislación básica para garantizar la conservación y el desarrollo de su patrimonio, basada en modernas concepciones de sostenibilidad y de la Norma Cubana 580/2008, acorde con los estándares internacionales para la producción de este renglón exportable.
Para andar por buen camino, sin embargo, el país deberá trabajar en la capacitación de especialistas que participen en el proceso de producción, la integración entre las áreas productivas y las empresas exportadoras, además de elevar la calidad del producto para alcanzar los mejores precios y mantenerse en la preferencia en el mercado internacional.
Según se destaca en la presentación El carbón vegetal, retos y oportunidades, el aumento de los ingresos por exportaciones de ese rubro, depende de la mejoría de la calidad del producto y la diversificación de los formatos de venta para agregarle valor. Por otra parte, la ubicación de Cuba entre los principales países exportadores está en dependencia de nuevas inversiones que garanticen producciones mayores con la calidad requerida.
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