¿Qué ver en Trinidad de Cuba?
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Precisamente en este verano de 2017, esa villa, junto al valle de Viñales, en el occidente del país, puede decirse que son los dos sitios de mayor reclamo por parte del turismo individual.
De ahí que recordemos lugares o actividades imprescindibles en este sitio. En tal sentido, sobresalen las propuestas de TripAdvisor, la principal web de orientación para viajes de diferente índole, con la que coincidimos plenamente.
Esa web pone en su Top de Trinidad a la Plaza Mayor, la playa Ancón, el salto de Caburní, la iglesia Parroquial Mayor del Espíritu Santo, y el valle de los Ingenios.
Y complementa con discotecas y salas de baile, el convento de San Francisco de Asís, el museo Romántico, la torre Manaca-Iznaga y el Parque Central Céspedes.
Además, recomiendan al museo de Historia Municipal, el parque El Cubano, el museo de Arquitectura de Trinidad, el palenque de los Congos Reales, y el museo de Arquitectura Colonial.
La lista es bastante larga, pues también incluye a la galería de arte Yudit Vidal Faife, bares y clubes como la Casa de la Trova, la disco Ayala o el bar Floridita Trinidad.
Se suman las clases y talleres de la casa de la música, el embalse Hanabanilla o la galería de arte y souvenir Basso, entre otras propuestas.
SITIO INOLVIDABLE
La región de Trinidad, en la porción centro-meridional de Cuba, es una ciudad de arquitectura colonial sumamente conservada y posee fuertes tradiciones, naturaleza y náutica.
Hablamos de un lugar verdaderamente interesante, sobre todo para quienes quieren conocer sitios vinculados a la cultura cubana.
La parte vieja de la villa impresiona por sus piedras de río, repartidas entre las calles, capaces de recrear la mirada con añejamientos y permitir a la imaginación trasladarse en el tiempo, como en un viaje al pasado.
Sin embargo, ahora toma crecientes bríos con planes renovadores para permitirle un mayor y mejor turismo, a la par de preservar la historia del lugar y sus innumerables encantos.
La representación del Ministerio del Turismo (Mintur) en ese territorio tiene un equipo convencido de que el futuro de tal zona es luminoso, sobre todo a partir de un inteligente desarrollo.
Esos proyectos responden a la estrategia del gobierno cubano de potenciar la industria recreativa en todo el país.
El 23 de diciembre de 1413, en su trasiego hacia la bahía de Jagua, llegó el adelantado Diego Velázquez de Cuellar a la futura Trinidad. Luego escuchó, junto a 20 de sus hombres, la primera misa del lugar oficiada por fray Juan de Tesin, su capellán.
Entonces nombró a la ciudad Manzanilla y permaneció allí hasta fines de ese año. La villa fue próspera, pero en 1518 Hernán Cortes casi la despuebla en su empeño de buscar seguidores para la conquista de México.
Entre 1579 y 1585 fue repoblada por españoles y se le concedió el título de ciudad. Tabaco, cueros y carnes saladas caracterizaron el comercio de la urbe.
Desde 1673 el azúcar fue el signo que pobló el territorio de haciendas e ingenios, hasta tener su valle de los Ingenios y la torre Manaca-Iznaga como símbolos del auge del dulce.
A partir de esta riqueza histórica, explican que el futuro tiene mucho que ver con el centro histórico, con el valle Manaca-Iznaga y con la península Ancón, en una amalgama de tradiciones, cultura y naturaleza, con empuje de la náutica.
Significa que la ciudad de Trinidad posee muchos atributos, con altos valores patrimoniales, que incluye seis playas, 23 zonas de buceo, instituciones patrimoniales y culturales, y montañas.
La urbe pertenece a la provincia de Sancti Spíritus (o del Espíritu Santo), que además es su frontera y capital provincial.
El galardón de Patrimonio de la Humanidad, Trinidad lo comparte con su valle de los Ingenios, y anota además más 500 años de fundada.
La provincia en su conjunto cuenta con dos mil 914 habitaciones en hoteles, de ellas mil 862 operadas por el gobierno y mil 52 en hostales privados (cifra que aumenta hasta el punto de ser este territorio el de mayor auge en ese tipo de alojamiento).
En la propia Trinidad, de las cifras mencionadas anteriormente aparecen 900 habitaciones estatales y mil privadas, 75 restaurantes particulares conocidos como paladares, y 23 instalaciones gastronómicas operadas por el grupo extrahotelero Palmares.
Existe un plan para el futuro que ya se materializa con la construcción del hotel Pansea de Trinidad, de categoría cinco estrellas y 52 habitaciones.
También edifican el hotel Encanto Palacio Iznaga en el propio centro de la ciudad, un edificio patrimonial en pleno eje histórico que tendrá 41 habitaciones. Además ampliarán otro Encanto, el hotel La Ronda, que suma 30 cuartos a los 17 actuales.
El plan de ampliaciones incluye al Gran Hotel Iberostar Trinidad, un cinco estrellas administrado por el grupo Cubanacán en una empresa mixta con el grupo Iberostar, de España.
Sin embargo, el mayor desarrollo de la hotelería cubana en el lugar está en la península Ancón, con una playa del propio nombre, una de las mejores de la costa sur.
Esa zona tiene marcados tres sectores para el desarrollo de la hotelería con el inicio en 2018 del Buena Vista de cinco estrellas y 100 habitaciones, el cual será operado por el grupo Cubanacán y se integrará al actual hotel Ancón.
El propio Ancón en un futuro será remozado y transformado en un categoría cuatro estrellas, en una parcela que compartirá con el hotel Iberostar Ancón de 409 habitaciones y cinco estrellas, con obras que comenzarán a finales del año próximo.
En esa misma zona aparecerá el hotel María Aguiar con 437 cuartos cuya preparación de tierra ya está prácticamente concluida.
Pero la región lleva mucho más en sus proyectos de desarrollo turístico, como un Parque Acuático, en el sector Ancón-La Chorrera, y un campo de golf con una inmobiliaria asociada.
De ahí que al resumirse tales planes para 2030, Trinidad contará con 10 mil 957 habitaciones, donde más de dos mil tendrán operación privada; en la actualidad se fortalecen los contratos de los alquileres particulares con las agencias de viajes.
*Periodista de la Redacción de Economía de Prensa Latina.
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