Los intentos de suicidio entre adolescentes y niños se duplican en EEUU

Los intentos de suicidio entre adolescentes y niños se duplican en EEUU
Fecha de publicación: 
9 Mayo 2017
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Además, se ha identificado que el principio y el final del año escolar son momentos en los que esos incrementos han sido más agudos, según una investigación presentada en la reunión de las Sociedades Académicas de Pediatría del pasado domingo en San Francisco.

Como informó el periódico The Washington Post, esa investigación mostró que entre 2008 y 2015 se registraron, en 32 hospitales pediátricos del país, 118,363 casos de menores que tuvieron que ser atendidos por intentar suicidarse o tener pensamientos al respecto. La mayoría, 59,631 casos, fueron de adolescentes de entre 15 y 17 años, pero los de menor edad también fueron numerosos: 43,682 casos de menores de 12 a 14 años y 15,050 de niños de entre 5 y 11 años de edad.

Y aunque las hospitalizaciones por causas vinculadas al suicidio, sea porque el niño se autolesionó o porque tenía una obsesión con hacerlo, pasaron de representar el 0.67% de los ingresos al hospital en 2008 al 1.79% en 2015. Un salto sustantivo y ominoso.

Ciertamente, el estudio no se abocó en contabilizar los suicidios efectivamente cometidos (es decir, en la cantidad de fallecimientos de menores) pero el alza en la intención de matarse sugiere que los decesos también estarían en aumento. Desoladoramente, se trata de una tendencia al alza que se ha detectado desde hace tiempo pues, por ejemplo, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indicó que la tasa de suicidio como causa de muerte entre niños y adolescentes de 10 a 14 años ha crecido de modo importante en los últimos años, al grado que hacia 2013-2014 superó la tasa de muertes por accidentes de automóvil.

Lo que no es claro son las causas y se requiere aún mucha más investigación al respecto. Según expertos citados por el Post hay múltiples factores que pueden empujar a un menor a pensar en matarse o a intentarlo, entre ellos ser víctimas de abuso o de bullying y hasta posibles predisposiciones genéticas. Y se ha comentado que el alza en la tasa de suicidios podía tener que ver con el creciente uso de redes sociales entre los menores  y con una mayor exposición al ciberbullying.

Incluso, se alude a que una posible causa de esa alza, al menos de una porción de ella, tiene que ver con una suerte de ‘idealización’ del suicidio adolescente y con que se realicen descripciones gráficas de algunos casos en los medios y en la red, pues los menores no siempre logran separar la ficción de la realidad. Eso, comentan algunas voces en el Post, puede suscitar que se den ‘suicidios por contagio’ entre menores que imitan –como los llamados ‘copycats’- escenas de muerte.

Otras fuentes, como se indicó hace unos meses en CNN, señalan que menores que sufren depresión –tanto adolescentes como niños– o que enfrentan malas relaciones familiares o con sus amistades pueden ser proclives a pensar en suicidarse o a intentarlo.

Por ello, indican expertos, prevenir o atender los factores que pueden conducir al suicidio es imperativo. Señales de alerta son un incremento en la tristeza, irritabilidad o ira en el menor y una súbita pérdida de interés del niño o adolescente en las amistades o actividades que antes le atraían. Si el menor se aísla o cambia su conducta de modo drástico, es conveniente brindarle ayuda.

Escuchar y hablar con los menores, para que se sientan comprendidos y valorados y se puedan detectar posibles riesgos, son estrategias clave dentro de la familia.

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